Como madre y educadora infantil, entiendo lo desafiante que puede ser la transición para dormir en la cuna para un niño acostumbrado a hacerlo en los brazos de mamá o papá. Es un momento de cambio tanto para el niño como para los padres, pero con paciencia, consistencia y amor, este cambio será exitoso y, más importante, beneficioso para todos.
Una de las razones por las que los bebés pueden resistirse a dormir en la cuna es porque han estado acostumbrados a dormir en los brazos de mamá o papá desde el nacimiento. Durante los primeros meses de vida, los bebés buscan la seguridad y comodidad del contacto físico con sus padres, y es natural que se sientan más tranquilos y relajados cuando están en los brazos de alguien, momento que se asemeja algo más a su estancia en la barriga de mami.
A medida que los bebés crecen, es importante que aprendan a dormir de forma independiente en su propia cuna. Esto no solo les ayuda a desarrollar habilidades de sueño saludables, sino que también les brinda la oportunidad de aprender a autorregularse y a sentirse seguros en un entorno diferente.
3 estrategias básicas para facilitar la transición para dormir en la cuna
Establecer una rutina de sueño consistente
Una estrategia clave para facilitar esta transición es establecer una rutina de sueño consistente y reconfortante. Esto puede incluir actividades relajantes antes de acostarse, como un baño tibio, un masaje suave, o leer un libro tranquilo juntos. Estas ayudan a calmar al bebé y a prepararlo para dormir en la cuna.
Crear un ambiente propicio para dormir
Otra de las cosas que debes hacer si tu hijo no duerme bien sólo es crear un ambiente tranquilo y acogedor en la habitación del bebé, con poca luz y ruido y temperatura media para ayudar a promover un sueño reparador. Al acostar al bebé en la cuna, es útil utilizar técnicas de cuna, como acunar suavemente al bebé o cantar una canción tranquila.

Respuesta ante los despertares nocturnos
Es natural que los bebés se despierten durante la noche y busquen el consuelo de mamá o papá. Cuando esto suceda, es importante responder de manera tranquila y amorosa, pero también establecer límites claros. Por ejemplo, puedes consolar al bebé en su cuna, dándole palmaditas suaves en la espalda o hablándole con calma, pero evitando sacarlo de la cuna a menos que realmente lo necesite.
La transición para dormir en la cuna puede ser un desafío, pero también es una oportunidad para ayudar a tu bebé a desarrollar habilidades de sueño saludables y a sentirse seguro y protegido en su propio espacio para dormir. Con paciencia y cuidado puedes ayudar a tu bebé a hacer esta transición de manera suave y exitosa. Recuerda que cada peque es único y puede requerir diferentes enfoques, así que sé flexible y dispuesto a adaptarte a las necesidades individuales de tu hijo.