Dormir y descansar es, para los niños, más importante todavía que para un adulto. Ello se debe a que es mientras lo hacemos que se genera la hormona del crecimiento, se regeneran gran parte de las células y, en definitiva, se restablecen los sistemas del organismo. Es por ello que debemos conocer y hacer porque nuestros peques tengan un hábito de descanso y sueño perfecto desde tan pronto como sea posible.
¿En qué consiste el hábito de descanso respecto a la educación infantil?
Primero y principal es saber que el descanso no se consigue únicamente a través del sueño. El niño también debe conseguirlo con actividades relajantes (que no supongan esfuerzo) o, simplemente, estando un ratito en reposo. Es importante que tanto él como los adultos seamos conscientes de ello para evitar algo que hacemos mucho, y es intentar que duerma todo el día por activa y por pasiva.
En este caso, el hábito de descanso cuenta con dos vertientes: la individual y la de convivencia. Por ello, es igual de importante educar las destrezas y las actitudes. El bienestar de adquirir este correctamente va a ayudar a tu bebé a crear y conservar un control de sus actos en relaciones sociales.
Objetivos e hitos
Hasta los tres años y siguiendo este orden, tenemos que el bebé:
- Se despertará intranquilo, durante los primeros meses, de acuerdo a sus necesidades fisiológicas (pañal y comida).
- A los cuatro meses ya puede dormir en su habitación (antes se aconseja el colecho para poder atender sus demandas y ante posible peligro de asfixia).
- Es común que sea más fácil que se duerma con chupete. ¡Ojo! No digo que sea lo correcto ni que lo recomiende, sólo que habitualmente duermen más fácilmente si se lo damos.
- Si se levanta a media noche buscará compañía.
- Más mayor se entretendrá solo si se despierta para volver a dormirse.

Algunos objetivos para conseguir en esta franja de edad son:
- Despertarse sin llorar.
- Dormirse solo.
- Despedirse antes de ir a la cama.
Hasta los seis años veremos que el niño:
- Se despierta solo.
- Sabe y entiende que no debe dormir con los adultos y lo respeta.
- Autocontrola sus emociones al ir a dormir y cuando se despierta de madrugada.
- Duerme entre 11 y 12 horas.
- Sabe cuándo es la hora de acostarse y que debe cesar en sus actividades.
- Sabe prepararse para irse a la cama.
- Necesita ayuda cuando tiene pesadillas.
A estas alturas, los objetivos del menor serán:
- Prepararse para el tiempo de sueño.
- Arreglarse al despertar.
- Respetar el descanso de los demás.
Puedes leer también sobre estos otros hábitos: