Como leerás a menudo, el momento de empezar a dar alimentos sólidos al bebé (hecho papilla, claro) puede variar, bastante, de hecho. Por supuesto, se dan unas pautas a considerar y, a partir de ahí, consideraremos cuándo darle su primera papilla, siempre dentro de la horquilla que voy a comentar.
Factores que influyen para dar alimentos sólidos al bebé
No se puede establecer un día de vida para empezar a darle al niño su primer alimento sólido. Hay considerar algunas cosas; no son muchas pero sí importantes y, desde luego, totalmente condicionantes.
- La edad. Este es el punto clave que todo quiere descubrir, aunque ya adelanto que hay más. La introducción del primer alimento además de la leche debería ocurrir entre los cuatro y seis meses de vida.
- Problemas fisiológicos o fisionómicos relacionados con la alimentación. Aunque si no ha pasado nada grave no lo sepas, el bebé, como cualquier persona, puede tener algún problema, temporal o no, en cualquier punto de su aparato digestivo. De ser el caso, aunque seguro que le habrás puesto solución a tiempo, si está lindando con la edad que acabamos de mencionar, seguramente será necesario esperar a que sane por completo. En este punto también habría que considerar alergias o intolerancias, si las ha habido; esto seguramente retrase la toma de otro alimento, aunque no tiene que ser así (además, lo primero que tomará el niño son cereales sin gluten, por lo que la probabilidad de mala reacción es bajísima).
- La capacidad para alimentarse. ¿Ha tenido problemas para comer desde el nacimiento? Si siempre ha comido bien seguramente puedas empezar muy pronto con la papilla. Si no es el caso, es posible que la introducción de cada alimento cueste un pelín más y haya que hacerla más tarde y también más despacio. Consideramos que no si no se agarraba bien al pecho, si en lactancia mixta se volvió muy reacio a tomar leche materna (o de fórmula, quién sabe), si regurgitaba mucho, tenía más diarreas de lo considerado habitual, se negaba a comer…

- Reflejo de extrusión. Los bebés tienen un reflejo por el que (de manera inconsciente, por supuesto), empujan los alimentos con la lengua. Para poder darle papilla debe dejar de hacer esto y saber tragar.
- Capacidad de adaptación. Aunque es muy pequeño, seguro que ya te has dado cuenta de lo maduro que es, a nivel general y también particular (para comer, acomodarse, quedarse sentado, etc). Cuanto más lo seas más probabilidades de tener éxito a la hora de darle papilla temprano. De no ser el caso, no pasa nada, toca ir introduciéndola de vez en cuando para que se haga a ella y verás que con un poquito de tiempo se va acostumbrando. Esencial para empezar a comer papilla que sepa quedarse sentado sin dificultad y que mantenga la cabeza erguida. Ojo con esto último porque a los 5 meses ya debería ser capaz.
- Interés. Aunque no es un punto determinante, si el bebé ya se ha hecho algo mayor es posible que ya muestre interés por los alimentos (quedarse mirando o abrir la boca es lo más habitual). Sin duda, es momento de dárselos a probar.
- Visto bueno del doctor. Obviamente, deberá ser el experto quien, en función de lo anterior y el resto de información que tenga, determine si se debe empezar o no a dar alimentos sólidos al bebé.
Sé que todos tenemos ganas de ver a nuestro peque disfrutando de algo diferente pero no tengas prisa. Siempre que no se esté considerando un retraso en el desarrollo el bebé tiene un buen margen para empezar a comer y es necesario que lo haga cuando esté verdaderamente preparado.
Cuándo y cómo dar las primeras papillas
En base a lo anterior seguro que ya has establecido si tu pequeño puede comer o no sólidos. Ya es cuestión de ir probando y descubrir su animadversión, o no, a estos.
- El primer alimento a darle, como ya he dicho, es la papilla de cereales. Estos deben ser, sin gluten, por supuesto, de cara a evitar posibles reacciones, y ni que decir tiene que sin azúcar.
- Para evitar errores en la formulación y debido a que tampoco es muy sencillo, lo ideal es que elijas una papilla ya formulada a la que sólo debas añadir la leche en lugar de preparar tú los cereales. Si estabas dándole pecho tendrás dos opciones, o usar el sacaleches para seguir dándosela o pasar a la leche en polvo.

- Primeramente comenzarás a darle papilla en el biberón. Esto lo hacemos porque el niño será demasiado pequeño para comer con cuchara (no sabrá hacerlo) y también para que el cambio no sea tan brusco (cambiamos alimento pero mantenemos método). Por supuesto, notarás que necesitas una tetina con un agujero un pelín más grande de la que vengas usando.

- En teoría, cuando tenga edad para comer con cuchara ya debería estar más que feliz al tomar su papilla.
- Para que la adaptación sea óptima:
- Se comenzará agregando sólo un poco de preparado de cereales. Así, obtendrás un biberón más densito de lo normal.
- Conforme vayas descubriendo el éxito irás sumando cacitos (y reduciendo un pelín la cantidad de leche de ser necesario) para que la papilla coja cuerpo. Aunque no hay prisa esto es importante para que el niño no se acostumbre a tomar una comida más rica con la comodidad del biberón sino será difícil hacer el cambio.
- Si ves rechazo en cualquier punto, se vuelve a la cantidad anterior de cacitos durante unos días más.
- Esto debes hacerlo con todos los biberones del día hasta que ya tolere perfectamente la papilla. Cuando esto ocurra, cambiaremos el método. Tendrás que darle una única toma con toda la cantidad de papilla de cereales correspondiente (a poder ser, la de la mañana o la noche) en lugar de hacerlas todas con un poco de preparado.
- Atención porque la papilla es más calórica y saciante. Por ello, tendrás que espaciar las tomas respecto a las que venías haciendo hasta antes de empezar a darle cereales. Seguramente durante la noche, especialmente si esta es la toma de papilla) no se despierte para comer.
- No dejes, por comodidad, falta de tiempo o cualquier otro motivo, que el bebé, siendo capaz de comer, sólo beba leche. Es esencial que se alimente con los nutrientes correspondientes a su edad y capacidad lo antes posible. Pero no sólo hablo a nivel nutricional sino que es algo que influye en otros aspectos del desarrollo.
- Tampoco pasemos al extremo contrario. Es posible que, al incluir los cereales, el niño no tome el biberón entero. Esto se debe a que el aporte calórico es mayor y, por tanto, se va a saciar con menos cantidad. Por ello, no debemos obligarle a tomar todo (de ahí que haya mencionado lo de reducir un poco la cantidad de leche). Eso sí, tampoco será normal si se deja una porción demasiado grande.
- Fomenta la postura para comer sentado, dale cucharas, emula el darle de comer… Este será el siguiente paso así que debe ir aprendiendo.
En cualquier punto de este post en el que te dé indicciones, si compruebas (tras dos o tres veces) que se da un rechazo o fracaso del tipo que sea, se volverá un paso atrás durante unos días.
Lo habitual es que este preparado no dé muchos problemas (salvo si se han tenido problemas previos como los mencionados en los factores al principio del texto). Eso sí, si ocurre, mantén la calma, piensa que es un paso bastante grande para tu hijo y va a necesitar de todo tu apoyo para conseguirlo. Nunca lo obligues, te enfades, grites o desesperes, ¡hay muchas formas de dar alimentos sólidos al bebé!
Como dato final, muy importante, no debemos dejar pasar los 6 meses de vida sin que el niño haya tomado sus papillas de cereales, pues en este punto su organismo necesita imperantemente nutrientes como el zinc o el hierro.