La alimentación complementaria se suele coger con mucha alegría. Vemos a nuestro hijo sorprenderse, disfrutar, poner caritas, coger cosas entre sus deditos, darle más opciones para que esté cómodo… Sin embargo, esta nueva etapa no está libre de warnings que debes considerar para que el peque se desarrolle plenamente. Por ejemplo, hoy vamos a ver cuáles son los alimentos que no puede comer un niño.
Como siempre, no me voy a quedar sólo ahí sino que te cuento cuáles son los motivos, de maneras que valores si estas recomendaciones están, o no, bien hechas, y las consideres desde tu propio criterio.
¿Cuáles son los alimentos que no puede comer un niño?¿Cuál es el motivo?
Leche de vaca
La leche de vaca, especialmente la entera, resulta bastante difícil de digerir (no sólo para los bebés, seguro que alguna vez has oído que no se puede amamantar a los cachorros de gato o perro con ella).
Es un alimento que a los más peques (y no tanto), produce sobrecarga en los riñones y, muy frecuentemente, irritación intestinal. Hay que añadir que, si tu idea es usarla como sustituto de la leche materna, su proporción de nutrientes es diferente (insuficiente).
Si no quieres seguir dando el pecho, no te preocupes. Aunque es innegable que resulta la mejor opción, la leche en polvo actual tiene un enriquecimiento con micronutrientes esenciales que la hacen un alimento estupendo para cualquier bebé.
Puedes empezar a introducir, no como sustituto total, la leche de vaca a partir de los 12 meses, aunque yo te recomiendo hacerlo un poco más tarde y de manera muy gradual.
¿Miel entre los alimentos que no puede comer un niño?
¿En serio?¡Siempre he creído que era la alternativa para endulzar los platos de os peques!¡¿Por qué es uno de los alimentos que no puede comer un niño?!
Este alimento suele contener unas bacterias llamadas Clostridium botulinum, en forma de esporas. Aunque para los adultos son inofensivas, ni el sistema digestivo ni el inmunológico de un bebé pueden tratar con ellas eficazmente. Dicho de otro modo, «caen mal» al estómago y el niño puede enfermar por infección bacteriológica de carácter grave (botulismo), dificultando la respiración, debilitando la musculatura, afectando, incluso, al sistema nervioso y llegando a producir la muerte.

Aunque una vez el bebé tenga el año estará más preparado físicamente, recordemos que este es un alimento con un contenido muy alto en azúcares (aunque sean mejores que el azúcar refinado), por lo que se debe ofrecer con moderación.
Zumos
Los zumos, incluso siendo naturales, son una bomba de azúcares. Obviamente, los recién exprimidos sin añadir son mucho mejores que los de tetrabrick pero, de nuevo, siguen siendo muy ricos en azúcares y calorías. Sin embargo, el niño no toma la fibra de las piezas de fruta ni tampoco se llena.
Aprovecho para dejarte mi lectura sobre si se puede dar zumo en el biberón.
Infusiones
El tema de las infusiones es algo peliagudo. Aunque parezcan inofensivas, muchas resultan negativas para un niño, como los tés, con efectos impredecibles e incluso irritantes. También hay algunas que interfieren con la absorción de micronutrientes.
Además, toda ingesta que el pequeño haga supone deje de comer o beber alimentos que sí son nutritivos. Recuerda que los niños crecen por segundos, su dieta debe ser MUY nutritiva, aprovechando cada comida para darle lo mejor.
Verduras de hoja verde
Aunque no todas, la mayoría de verdura de hoja verde tienen una alta cantidad de nitratos. Aunque resultan inofensivos, si se llegan a transformar en nitritos, unidos a la hemoglobina, sí resultan muy perjudiciales, llegando a provocar un cuadro que se conoce como «bebé azul». Se trata de un trastorno relacionado con el flujo de sangre que provoca que el pequeño empalidezca, se sienta muy cansado sin motivo aparente y/o le cueste respirar.
La borraja es la más importante a evitar, hasta más edad, de hecho, pero otros clásicos, como la espinaca, la remolacha o la acelga, tampoco deben formar parte de la dieta de ningún menor de un año.

Marisco
El marisco resulta ser bastante alérgeno y una introducción temprana, que lleve a una reacción alérgica grave, puede ser fatal. Además, es común que muchas especies estén contaminadas con toxinas e incluso bacterias.
La excepción sería el marisco más común, la gamba (sin cabeza), la almeja y el mejillón. Los puedes dar prontito, de hecho, pero tienen que haber estado congelados y cocinados a alta temperatura.
En cualquier caso, cuando ofrezcas marisco a un niño, por mayor que sea, cocínalo muy bien para evitar posibles infecciones.
Azúcar y sal
El azúcar consigue que nuestra percepción del dulce se vaya modificando, haciendo que cada vez necesitemos más endulzante para saciarnos. Además, es adictivo y, no olvidemos que se trata de un endulzante muy procesado. La obesidad y la diabetes temprana están estrechamente relacionadas con el consumo de azúcar en menores de 4 años. Además, dispara la adquisición de malos hábitos alimenticios.
La sal, por su parte, produce sobrecarga en los riñones. Piensa que, aunque cada vez trabajan mejor, los de los niños aún no están maduros, no puedes darles la misma cantidad de sales que todas tú, porque tus riñones trabajan mejor.
Proteína poco cocinada: bacterias, reacciones y difícil digestión
En general, la proteína sin cocinar o a baja temperatura, no debe darse. Es muy proclive a estar contaminada con bacterias como la E.Coli (y, aunque menos común, la Listeria), especialmente impactante a edades tempranas. Ni en carne ni en pescado es una buena opción. Ni qué decir tiene que la recepción y la digestión de la proteína son mejores cuando está más cocinada.
Aunque, curiosamente, el huevo se puede tomar con los primeros triturados, este debe estar muy hecho para evitar que el peque sufra reacciones alérgicas. No olvidemos, también, que el huevo es el alimento por excelencia en el que encontrar la famosa bacteria Salmonella (y otras). Además, de este modo se asimilan mejor sus nutrientes. Elaboraciones con huevo crudo o poco cocinado (mayonesas, huevos poché o incluso frito (con la yema liquidita) no se deben dar hasta los 3 años.
Embutidos y otras carnes procesadas
El embutido incluye esa proteína a temperatura no tan alta como debería; sí está cocinado, pero a pocos grados. Pero, además, se adereza con sal y nitritos, conservantes que se está viendo cada vez que son más peligrosos a cualquier edad, pero especialmente en los peques.

Del lado contrario está el embutido fresco, que no lleva tantos conservantes ni otros ingredientes que nos desvían de un alto porcentaje de carne, pero que tampoco se debe dar a los niños por poder estar contaminado con bacterias.
Alimentos ultraprocesados
Repletos de estabilizantes, conservantes y colorantes, resultan lo menos compatible con nuestro organismo. Algunos de estos componentes son potencialmente cancerígenos y están relacionados con todo tipo de patologías (no sólo en los niños).
Además, contienen, también, azúcar y sal a montones, que ya hemos visto que son totalmente innecesarios e inadecuados.
Leche cruda
Más natural, la leche cruda resulta, también, una fuente de gérmenes variados, causantes de todo tipo de intoxicaciones, algunas de ellas muy graves para los bebés. También se dispara la probabilidad de padecer tuberculosis, meningitis, insuficiencia renal, enfermedades cardiacas diversas…
Alimentos pequeños, duros y redondeados, por asfixia
El motivo no es otro más que el riesgo de asfixia que existe cuando niños pequeños toman alimentos de este tamaño.

Pero no te preocupes porque pueden formar parte de la dieta del peque de una manera tan sencilla como es cortarlos por la mitad (o en cuartos en los casos de piezas más grandes). La cosa es, simplemente, que no se bloqueen las vías respiratorias. Del mismo modo, picados y triturados se tomarán sin problema.
Zanahoria y tomate baby, minisalchichitas, canapés de bocado, uvas grandes y cualquier alimento que tenga ese tamaño debe modificarse antes de darlo a un niño.
Frutos secos enteros
Los frutos enteros de gran tamaño (a partir de la almendra) no se pueden ofrecer a los peques por el riesgo que existe de asfixia, muy elevado. Seguramente pienses que si tu hijo nunca se atraganta y saber comer muy bien, despacio y demás, no pasa nada, pero, de verdad, se atragantan muchísimo con palomitas, nueces, anacardos.
Por supuesto, debes introducirlos en su alimentación, y sin retrasarte demasiado, siempre de uno en uno, en pequeña medida y siendo el único alimento nuevo que coma el bebé, de cara a comprobar si se dan reacciones alérgicas.
Puedes hacerlo en cuanto comiences con la alimentación complementaria, dejando para un par de meses después la nuez, que es la que más alergias provoca. Eso sí, siempre en cremas o harinas. Del mismo modo, conforme crezca, los puedes dar picaditos o en láminas.
Tortitas o bebidas de arroz entre los alimentos que no puede comer un niño
En general, el arroz es un producto con alto contenido en arsénico. Evidentemente, no es algo de lo que se debería abusar en una dieta infantil pero, si te das cuenta, te lo proponen mucho, como principal fuente de hidratos cuando empezamos con la alimentación complementaria. ¿Por qué?
Su versatilidad, ligereza a la hora de digerir y otras bondades lo hacen muy adecuado para un bebé inexperto. Lo que debes hacer es escoger y preparar el arroz de manera adecuada. Como consejos:
- Escoge producto español. Nuestras cosechas tienen bastante menos arsénico que las asiáticas, que son las más comunes.
- Opta por grano integral. Mucho más nutritivo.
- Deja el arroz en remojo al menos 6 horas. Esto ayudará, también, a que tarde menos en cocinarse.
- Pon más agua de la necesaria para hervir y no la uses para los triturados.
Como imaginarás, al elegir productos de arroz, estás obviando todo este proceso, dejando en manos del fabricante qué arroz utilizar y cómo hacerlo. Y ya te digo yo que se van a quedar con el repleto de arsénico, que es mucho más económico.

Pescado azul grande
Aunque los niños deben tomar varias porciones de pescado a la semana, no todos son adecuados. En particular, los pescados azules de gran tamaño deben evitarse, ¡y hasta los 10 años nada menos!
El motivo es que estos animales acumulan grandes cantidades de mercurio (vertido al mar) en sus tejidos. El niño lo come y su cuerpo, pequeño e inmaduro, sufre las consecuencias. Este elemento afecta muy negativamente al sistema nervioso, dando lugar a alteraciones nerviosas bastante graves.
Evita el atún rojo salvaje, el marrajo, el cazón, la pintarroja, la mielga, la tintorera, el lucio, el emperador y el pez espada.
Refrescos
Los refrescos incluyen una cantidad absurda de azúcares procesados o bien edulcorantes, que alteran el microbioma de nuestro intestino, pueden favorecer accidentes cerebrovasculares y diversas enfermedades cardiacas. Además, no tienen valor nutricional, llenan al niño, evitando que se alimente correctamente.
Como imaginarás, no puedo recomendar ofrecerlos a ninguna edad.
Edades para empezar a permitir los alimentos que no puede comer un niño
Como es de suponer, los primeros meses al comenzar la alimentación complementaria son los que más nos limitan. Poco a poco y conforme el niño crece, iremos introduciendo.
Vamos a descubrirlo de manera muy gráfica. Iremos introduciendo algunos de estos alimentos que no puede comer un niño (en principio), a partir del año, a los 2 y 3 años, a los 4 o 5 e incluso casos de comidita que no debe tomar hasta cumplidos los 10 años.
🍼 Antes del año (<1):
- Leche entera
- 🐝 Miel
- 🥤 Zumos y refrescos
- 🍵 Infusiones
- 🦐 Marisco
- 🥬 Verduras de hoja verde
🧂 Antes de los 2 años (<2):
- 🍬 Azúcar y sal
🍳 Antes de los 3 años (<3):
- 🥩 Proteína poco cocinada
- 🥓 Embutidos
- 🍟 Alimentos ultraprocesados
- 🌿 Borraja
🍬 Antes de los 5-6 años (<5-6):
- 🍼 Leche cruda sin pasteurizar
- 🍇 Alimentos pequeños y redondeados
- 🥜 Frutos secos enteros
- 🍘 Tortitas o bebidas de arroz
🐟 Antes de los 10 años (<10):
- 🐋 Pescado azul grande (atún rojo, pez espada, etc.)
Sabiendo ya cuáles son los alimentos que no puede comer un niño hasta qué edad ¡seguro que te sientes mucho más preparado o preparada para diseñar sus menús!