El primer alimento que toma un ser humano es la leche. Esto se debe a que las diferentes partes de su aparato digestivo no están preparadas para tomar ningún otro alimento. El proceso de esa alimentación a base de leche es la lactancia y si la leche viene de las mamas hablamos de lactancia natural, la norma biológica, lo que madre e hijo esperan, igual que ocurre con el resto de mamíferos; lo que corresponde por naturaleza.
Lactancia natural
La lactancia natural o lactancia materna es la alimentación de un niño con leche de la madre (en principio), generada en una o ambas mamas. Otra definición sería la alimentación del bebé con leche no artificial, la contraria a la lactancia artificial.
Aunque las diferencias cada vez son más escasas entre leche de mama y leche de fórmula, en primera instancia, la lactancia materna es la más adecuada, primero a nivel nutricional (la leche materna es el mejor alimento para el recién nacido) y, de manera secundaria, por el vínculo que genera el momento entre la madre y su hijo, entre otros muchos motivos que la hacen más ventajosa.
La lactancia natural no implica necesariamente que se alimente al niño directamente de la mama. Aunque es lo más habitual, en ocasiones, por necesidad o preferencia, se saca la leche de esta y se hacen biberones con ella. Por ejemplo, si vas a cenar a un restaurante y no quieres dar el pecho en público, puedes usar antes un sacaleches y preparar el bibe para llevarlo en el carrito y dárselo cuando le apetezca.
Leche materna

Además de ser este tipo el más adecuado, también será la leche de la madre el mejor alimento durante el primer año de vida del pequeño (la OMS y la APP recomiendan extenderla hasta los 24 meses), pues su composición única es la idónea para el desarrollo del ser humano, favoreciendo el perfecto crecimiento.
Y es que la leche materna es un fluido vivo. Esta se ajusta a las necesidades específicas que el bebé tiene en cada momento, algo que ni la mejor leche formulada puede conseguir.
Características de la leche materna
La obviedad es que tiene todos los nutrientes necesarios para, valga la redundancia, la nutrición perfecta del bebé. Pero cuenta con un porcentaje de agua así como células y anticuerpos.
- Proteínas. Son exactamente las mismas que compone nuestro cuerpo, de modo que no debería haber lugar a alergias y las intolerancias son muy poco probables. La leche de fórmula, realizada habitualmente con vacuno, es mucho más rica en proteína.
Ciertamente, ahora hay más marcas que formulan con cabra pero, igualmente, la cantidad de proteína que necesita cualquier otro mamífero va a ser diferente a la que nos pide el correcto desarrollo de un bebé humano.
El exceso de proteínas, especialmente en un sistema renal y digestivo inmaduros, dificulta la digestión y favorece el sobrepeso (el bebé no tiene actividad por lo que no las transforma en tejido).
- Sales minerales. De nuevo, la cantidad de minerales se triplica en el caso de la leche de fórmula de vaca respecto a la leche materna. Esto deriva en un sobreesfuerzo renal. Evita las retenciones de agua, que en un bebé pueden derivar en aspectos graves como la anemia, el raquitismo o la hipertensión arterial.
Por ejemplo, el hierro que se encuentra en la leche de mama se absorbe con mayor facilidad debido a que posee una mayor biodisponibilidad.
Es cierto que poco a poco se hacen mejores réplica en la leche en polvo pero de momento no son sustituibles, con lo que no suplen el total de las necesidades del pequeño.
- Grasas. Son esenciales para el desarrollo cerebral. También son necesarias para evitar el depósito precoz de colesterol en las paredes de las arterias.
Pues bien, muchas de los grasas de la leche materna son exclusivos, es decir, no los encontramos ni en las mejores leches en polvo. Son, en particular, ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga, que sirven para el desarrollo del cerebro, los nervios y la retina.
- Agua. Aunque no lo parezca, lactancia natural es sinónimo de hidratación. Tanto es así (más del 80%) que, salvo contadas excepciones, el niño no sólo no necesita sino que no debe beber agua si se alimenta exclusivamente con pecho.
- Enzimas. Las lipasas ayuda a digerir mejor esas grasas que debemos darle al bebé (aunque creamos que es pequeño). Las leptinas regulan el apetito, la ingesta y el metabolismo, además de tener otras funciones. Con ello, se consiguen mejores digestiones y, muy importante, se previene la obesidad.
- Hormonas. Algunas importantes y que actúan activamente en el bebé son las prostaglandinas o el cortisol, que sirven para controlar la presión y para trabajar la contracción muscular.
- Vitaminas. La vitaminas aseguran el buen funcionamiento de los órganos y previenen el envejecimiento y la aparición de enfermedades. En la leche materna encontramos vitamina K, B6, A, D, R, B12…
- Inmunoglobinas y glóbulos blancos. Ambos son elementos antiinfecciosos que forman parte del sistema inmunitario (por lo que deben recibirlos), por lo que hacen que el bebé sea más fuerte al llevarlo a cualquier entorno.
Ventajas de la lactancia natural para el niño
Desde luego, tu bebé no va a estar desprotegido si optáis por la lactancia natural.
- El bebé no necesita beber agua de manera adicional si se alimenta con leche de su madre. Esto se daría en casos excepcionales.
- Se crea un contacto más estrecho madre-hijo, lo que mejora los lazos afectivos. En estos momentos puede parecer irrelevante, pero no lo es, los efectos se ven tanto a corto como a medio plazo. La maduración psíquica general y la afectiva en particular se ven favorecidas.

- El ritmo de alimentación del bebé se respeta. Tomará lo que necesite. Hay que tener cierto control para evitar tanto una nutrición deficiente como un exceso de toma pero lo habitual es que el bebé tome naturalmente lo que le pide el cuerpo. Con el biberón tendemos a darle la toma entera atendiendo a lo que dice una caja de instrucciones y no el peque.
- De lo anterior, se reduce la obesidad infantil al atender la demanda exacta del cuerpo de tu hijo de acuerdo a su desarrollo.
- Así mismo, los niños serán menos propensos a tener cólicos por sobrealimentación.
- Además, se favorece la correcta maduración del aparato digestivo.
- Ello conseguido gracias a que, también, las digestiones son más ligeras.
- Además, los niños que toman leche materna presentan menos reacciones alérgicas. y se ven protegidos contra más enfermedades ya que con la lactancia natural seguimos desarrollando el sistema inmune de nuestro pequeño al ofrecerme anticuerpos cien por cien compatibles, los que ha estado utilizando durante los nueve meses de embarazo. En particular, la protección inmunológica frente a diarreas y otros problemas gastrointestinales se quintuplica.
- En general, se reduce el riesgo de muerte súbita, pues esta se da por factores diversos, pero muchos de ellos relacionados con la incompatibilidad entre maduración de los sistemas y el esfuerzo al que los sometemos.
- Una correcta alimentación (tipo de nutrientes y cantidades adecuadas) hace que se den menos problemas alimentarios al crecer.
- Los nervios, la retina y el cerebro mantienen un desarrollo óptimo.
- Se regula el apetito, la ingesta y el metabolismo. Dicho de otro modo, el bebé aprender a comer.
- Mayor control sobre la presión arterial y la contracción de los músculos.
- El bebé absorbe mejor el hierro.
- Promueve el desarrollo mandibular y dental.
- Mejoran las funciones dental y cognitiva.
- El bebé se protege contra algunas enfermedades crónicas.
Ventajas de la lactancia natural para la madre
Pero la cosa no queda aquí. La lactancia materna también es muy positiva para la mami.
- El útero recupera su tamaño con mayor facilidad.
- Se reduce el sangrado postparto.
- Los loquios se eliminan más rápidamente.
- Ayuda con la pérdida de peso.
- Se da un menor riesgo de, ojo, osteoporosis, infección urinaria, hipertensión, diabetes, artritis reumatoide, cáncer de útero, mama y ovarios y depresión posparto.
La lactancia inducida
Para finalizar, y como información curiosa, dentro de este tipo podríamos colocar la lactancia inducida. Esta se consigue induciendo la producción de leche en una mujer que no ha estado embarazada para que pueda dar de mamar.
Por ello, si atendemos al concepto literal de «materna» no encajaría del todo. Sin embargo, cuando hacemos la distinción entre lactancia natural/materna o artificial, a lo que hacemos referencia es al tipo de leche que se toma, por ende, la lactancia inducida también se consideraría natural, pues el bebé no se alimenta de un preparado de fórmula (como se define la lactancia artificial).
En cuanto a si podemos hablar de «lactancia materna», es algo que determina cada persona en función de si quiere obedecer a la semántica de la palabra «materna» o no.
Finalmente, aclarar que con este post no quiero, ni mucho menos, hacerte creer que la lactancia artificial es mala ni convencerte de que no optes por ella. Simplemente informo de cuáles son las circunstancias, actuales, que rodean a este tipo de alimentación para los peques. Por supuesto, tu decisión es tan válida como la de cualquier otra mamá, ni mejor ni peor.