Si has llegado aquí porque tienes la sospecha de que tu niño tiene fatiga infantil, seguramente sea así. Si no es el caso, te animo a que, igualmente, hagas esta lectura, pues no puedes ni imaginar la importancia reconocer este cuadro tan negativo.
Vamos a ver en qué consiste la patología, a qué puede deberse, qué síntomas se presentan cuando tenemos al niño cansado todo el tiempo y, lo más importante, cuáles pueden ser las consecuencias de la fatiga crónica o cansancio persistente en niños. Seguro que después de saber cómo influye a largo plazo ¡le pones remedio cuanto antes! Por supuesto, este es uno de esos posts que te animo a que te guardes muy bien en tus Marcadores o Favoritos para que puedas consultarlo cuando sea necesario.
¿Qué es la fatiga infantil?
La fatiga infantil (también denominada astenia infantil)es una condición de cansancio extremo, que sufren los niños, dado por un desequilibrio entre actividad y descanso y que merma nuestras capacidades. Obviamente, es una condición que también sufrimos los adultos, pero nosotros somos conscientes de ello.
Diferenciamos entre cansancio físico y cansancio psíquico. Uno y otro obedecen a causas relacionadas con el cuerpo y con la mente respectivamente.
¿Por qué mi hijo está siempre cansado? Causas del cansancio físico y mental en niños
Encontrar de dónde viene ese cansancio tan evidente es clave para poder abordar la situación y devolver al niño, poco a poco, ese equilibrio actividad-descanso que se ha alterado. ¿Qué puede estar pasando?
Fatiga infantil física
Un niño cansado todo el tiempo seguramente está viviendo uno o varios de los siguientes problemas.
- Ejercicio físico intenso y prolongado.
- Sedentarismo y exceso de tiempo frente a pantallas.
- Enfermedad.
- Problemas de salud subyacentes.
- Fiebre.
- Deshidratación.
- Disminución de reservas energéticas.
Cansancio mental infantil
El cansancio en los niños a nivel mental, por su parte, viene de:
- Estrés emocional (escolar o familiar), de altos niveles de exigencia.
- Depresión crónica.
- Falta de sueño.
- Alimentación desequilibrada.
- Otros hábitos incorrectos.
- Causas ambientales.

Síntomas de fatiga en niños
¿Qué nos va a dejar ver la fatiga física y mental en niños? Veamos los síntomas según cada tipo.
Fatiga física síntomas
Físicamente es muy fácil detectarla, pues el peque sufre:
- Tensión y dolor muscular.
- Dolor de cabeza.
- Sobrecalentamiento.
- Sudoración excesiva.
- Ritmos cardiaco y respiratorio alterados.
- Falta de coordinación.
- Errores de ejecución de acciones.
- Cansancio constante.
- Mareos.
- Disminución del apetito.
Cómo detectar la fatiga mental en niños
Este caso es más peliagudo, pues a menudo confundimos estos síntomas con un «mal comportamiento» o incluso con una enfermedad puntual; ¡tenlos muy presentes!
- Cambios de humor: Irritabilidad y agresividad.
- Falta de concentración.
- Desmotivación.
- Mareos.
- Confusión.
- Alteraciones en el sueño y la alimentación.

Consecuencias del cansancio persistente en niños
Las consecuencias si no se abordan a tiempo estas manifestaciones físicas y psíquicas son de carácter bastante grave y, muchas, tienen un tratamiento largo y difícil.
Consecuencias fatiga infantil física
- Pérdida de peso.
- Deshidratación.
- Alteraciones del sueño.
Consecuencias fatiga mental en niños
- Desarrollo de trastornos emocionales.
- Alteraciones del sueño.
- Bajo rendimiento académico.
- Problemas de socialización.

Reconocer la fatiga infantil
Identificar a tiempo la fatiga infantil, ya sea física o mental, es mucho más importante de lo que puede parecer a simple vista. No se trata solo de un niño que «está más tranquilo» o «le cuesta un poco concentrarse», sino de una señal que puede estar alertándonos de que algo en su día a día no está funcionando.
Un niño sin energía, apático, irritable o con constantes quejas físicas no debe pasar desapercibido. Ignorar estos síntomas hoy puede derivar en dificultades emocionales, académicas e incluso sociales en el futuro, eso por no hablar de la cronificación de problemas como el insomnio. Por eso, prestar atención a esas pequeñas señales es una forma poderosa de cuidar su bienestar presente… y también su desarrollo y bienestar futuro.
Cómo ayudar a un niño con fatiga constante
Abordar la fatiga infantil no es cuestión de grandes cambios, sino de actuar con constancia, cariño y sentido común.
Aquí tienes algunas claves para ayudar a tu hijo a recuperar el equilibrio físico y emocional:
- Establecer rutinas de sueño consistentes y reparadoras. Dormir adecuadamente es importante para el bienestar general, pero se vuelve esencial en la infancia, debido a que es el momento en que descansamos, nos recomponemos, afianzamos conocimientos… El niño DEBE dormir bien, con hábitos bien establecidos que se lo permitan. Conoce tu papel como adulto en el sueño del niño y ayúdalo tanto como te sea posible.
- Fomentar una alimentación saludable. Una dieta variada que sostenga la actividad diaria y te ayude a estar fresco y ser capaz resulta importantísimo, supone una diferencia inimaginable respecto a cómo nos sentimos y lo que podemos conseguir. Alimentos frescos, con alto valor nutricional, variados y mucha agua son los pilares de una dieta saludable.
- Reducir el sedentarismo. El mayor problema a día de hoy es el tiempo frente a pantallas, que influye tanto física como mentalmente. Otra opción es elegir alguna actividad extraescolar más movida y cambiar pequeñas acciones como dejar de coger el ascensor, ir a hacer la compra andando, etc.
- Promover la actividad física moderada y regular. Además de lo anterior, busca actividades físicas persé, siempre adecuadas a la edad del niño en ejecución y exigencia, para que, a menudo, las realice, convirtiéndose así en una personita activa.

- Buscar apoyo profesional. Si los síntomas persisten o si simplemente en casa consideráis que puede ser más positivo, no dudéis en que el peque se ponga en manos de profesionales para mejorar su estado.
Actuar a tiempo, aunque sólo sea por sospecha, puede marcar la diferencia. Porque lo que ahora parece sólo «un niño sin energía», mañana puede requerir de una intervención más compleja.
Ni qué decir tiene que toda actuación debe consensuarse y notificarse al resto de adultos que formen parte del entorno del niño, incluyendo cuidadores, educadores y médicos.
Preguntas frecuentes fatiga en niños

