Ciertamente, esta es una actividad que no tiene mucho misterio, algo lógico considerando que se trata de una necesidad absolutamente básica. Aun así, siempre es importante conocer algunas consideraciones sobre cómo preparar cómo preparar un biberón. Y no hablamos sólo de que resulte agradable para el peque sino también, y lo más importante, seguro.
Consideraciones generales para preparar un biberón
No es mucho lo que se debe saber pero sí debes aprenderlo como si fuese una ley. La seguridad del peque es lo más importante y la alimentación en sus primeros meses es el elemento más crucial.
Higiene personal
Primero y principal es que tengas las manos limpias. Utiliza para ello sólo agua y jabón, no necesitas desinfectante ni cualquier otro higienizante más efectivo más allá del jabón de manos habitual.
Temperatura de la leche a la hora de preparar un biberón
Aunque la temperatura de la leche suele ser una gran preocupación porque queremos darla bien caliente pero sin que el bebé se queme (obvio). Sin embargo, no es necesario que esto sea así, lo de alcanzar la temperatura corporal (36.5º-37º) es un mito absoluto que puede resultar peligroso si nos pasamos. La leche puede estar templada, a temperatura ambiente en los meses cálidos y unos grados por encima en los fríos.
Para asegurarte de que esta está lo suficientemente caliente, debes echar unas gotas en la muñeca o en el dorso de la mano. El hecho de que sientas un pelín de calor, nada, lo mínimo, es más que suficiente, pues el bebé no precisa mayor temperatura y, de hecho, puede incluso serle más apetecible un biberón no demasiado caliente.
No importa el método que elijas para calentar la leche siempre que este sea higiénico.
- Si usas un cazo al fuego o vitrocerámica, este debe estar perfectamente limpio y guardado hasta el momento de su uso.

- Si optas por el microondas, por supuesto, el recipiente que utilices con la leche (o el agua) debe ser apto para este electrodoméstico y no desprender residuo al calentarse.
- Puedes usar un calientabiberones para ello también pero este no es recomendable para mantenerlos tibios entre tomas (que es el uso que le solemos dar) porque esto favorece la contaminación microbiana.
Conservación de la leche tras preparar un biberón
Respecto a cómo conservar la leche:
- Como he dicho, no uses el calientabiberones para tenerlos siempre tibios.
- No se pueden guardar las sobras de una toma si ya se han calentado y el bebé se ha llevado el biberón a la boca. En esa toma las bacterias de la boca pasan a la leche y esta se contamina con bastante facilidad.
- Si has hecho leche de más (varios biberones para el día o te has pasado con la medida) puedes guardarla en el frigorífico para evitar que las bacterias proliferen.
- Ten en cuenta que la leche no se puede mantener indefinidamente en la nevera. Puedes hacer los biberones para un día entero (24 horas) pero extremando la higiene. Debes esterilizar los biberones y sus accesorios y hervir el agua que vayas a usar para la mezcla. Cuando los prepares, coloca las tetinas hacia adentro y enrosca por completo.
Leche de fórmula en polvo
- Calienta la cantidad de agua que corresponda a la ración de leche en polvo de la toma del bebé. Esta debe ser embotellada y de mineralización muy débil, especialmente en nitratos, flúor y sodio,
- A esta, y no al contrario, se le añade la medida de leche de fórmula.
- Otra opción es, si vas a usar un cazo, echar el agua, luego los polvos y ya, después, calentar.
- Vertido el contenido en el biberón, ciérralo por completo.
- Agítalo para unificar la temperatura y homogeneizar la bebida.
La medidas de la leche de fórmula deben ser rasas sin comprimir. Esto se consigue de una manera tan sencilla como sumergir la cuchara medidora en el polvo por completo, sacarla y retirar con un objeto plano (o el dedo) el exceso pasándolo a ras de la cuchara. Pasarse implica diarrea y, con ello, deshidratación. Quedarse corto, por su parte, hará que el niño llegue a la desnutrición.

Para el cálculo, atiende siempre a la instrucción del fabricante. Lo habitual es que se añada una cuchada rasa de polvo de leche por cada 30 ml de agua; las marcas se ponen de acuerdo para que no haya lugar a error en algo tan importante por lo que, si las fórmulas difieren un poco, simplemente te encontrarás con una cuchara más o menos grande (aunque aun así la diferencia será mínima). De considerar que estas medidas son erróneas, consulta a tu pediatra o matrona.
Leche de fórmula líquida o leche materna
Existen fórmulas adaptadas (leche artificial) en formato líquido. No son muy comunes y muy pocas marcas las hacen pero la opción la tienes, por si no te fías de que la mezcla con leche en polvo no quede homogénea o por simple comodidad.
Por otro lado, también tienes la opción de utilizar leche materna en el biberón cuando estás dando el pecho. Deberás sacarla con un sacaleches inmediatamente antes o, si lo haces con antelación, aplicar los consejos que he ido comentando anteriormente.
En cualquiera de los dos casos, solamente debes debes verter la leche en el biberón y llevarlo a calentar hasta alcanzar la temperatura deseada (o en el cazo y luego al biberón); no hay misterio alguno.
Además
En ningún caso se ha de añadir algún extra como azúcar, saborizante o cualquier otra cosa, especialmente cuando el niño es muy pequeño y no ha probado todavía otros alimentos. Su sistema digestivo es muy delicado y no debe tomar absolutamente nada más.