Aunque las del crecimiento son más evidentes (a simple vista nos percatamos rápidamente), existen también una serie de alteraciones en el desarrollo que es frecuente que se den en la infancia temprana.
Por supuesto, te animo a que las conozcas ara que, poniendo atención, puedas divisar sus síntomas y signos a la mayor brevedad y actuar en consecuencia para trabajar en ellas lo antes posible y que su impacto sea el mínimo posible a lo largo de la vida de tu hijo.
Las alteraciones en el desarrollo
Las cinco alteraciones en el desarrollo que más habitualmente aparecen en edades tempranas son estas. ¡Importante!, todas ellas afectan en lo socioafectivo.
Trastornos del espectro autista (TEA)
Para ponerte en situación, son lo que erróneamente definimos como «autismo». Sin embargo, ha una cantidad de trastornos del tipo muy amplia, motivo por el cual el concepto final se ha definido como TEA.
El TEA se manifiesta en los tres primeros años de vida sí o sí (lo que pasa es que en muchas ocasiones no nos damos cuenta porque suponemos en nuestro hijo características como que sea retraído o vergonzoso, por ejemplo).
No aparecen (o de hacerlo están claramente desviados) competencias habituales para relacionarse, comunicarse y jugar o, en general, comportarse como los demás en la mayoría de aspectos.
Síntomas más habituales, lo que sería un TEA de manual, el perfil que más encontramos. A niveles generales, les cuesta transmitir las emociones, no entienden las metáforas, dan mensajes negativos en tono positivo, pierden la mirada, no miran a los ojos, no les gusta compartir placeres o intereses, no responden al llamarles por su nombre, no muestran u ofrecen al resto o no señalan con el dedo.
Las características a considerar, ya más en profundidad:
- Alteraciones cualitativas en la interacción social. Son el principal síntoma del TEA. El comportamiento no se ajusta al de los demás y, si lo intentan, por imitación, les es muy difícil pues no entienden las normas sociales. No comparten el mundo emocional o sus pensamientos. En el caso de hacerlo «no tienen filtro», pudiéndote contar cosas que los demás consideramos muy inadecuadas, por ejemplo, anhelos o especialmente malos pensamientos hacia alguien. No aprecian las intenciones del resto. No saben hacer amigos. No saben desarrollar los juegos en grupo aunque se les explique ni les gusta estar con los demás. El mundo social ni es fácil ni les resulta de interés.
- Alteraciones cualitativas en la comunicación. A veces el lenguaje no se desarrolla o se hace de manera muy pobre. El habla se da con peculiaridades como la ecolalia, una entonación anormal, inversión pronominal… y prácticamente siempre con retraso temporal. No utiliza el lenguaje que conoce para la interacción social sino para hacer demandas por lo que no conoce la ironía, la doble intención, la expresión verbalizada de cariño… Habitualmente tampoco se da un lenguaje no verbal o este es muy pobre o incorrecto. Pueden asociarse posturas o gestos al lenguaje para evitarlo siendo los primeros el método de comunicación siempre que es posible.
- Patrones restringidos de comportamiento, intereses y actividades. Tienen intereses diferentes y particulares, impropios de la edad y no los comparten. Se dan movimientos corporales estereotipados como giros sobre uno mismo o aleteos. El juego es repetitivo y poco imaginativo (a veces nos recuerda a acciones TOC). Los cambios producen fuerte ansiedad.
Es importante decir que, aunque un alto porcentaje de personas diagnosticadas con TEA (7 de 10) presentan discapacidad intelectual, este signo no es válido a la hora de hacer diagnóstico, pues no siempre es así. La capacidad intelectual puede ser armónica o disarmónica en los TEA y generalmente presenta picos muy marcados que llegan a sorprender, tanto para «bien» como para «mal».

Trastorno de Asperger
En esta ocasión, el niño debe tener un coeficiente intelectual que roce la normalidad o sea normal así como no haber sufrido regresiones en el lenguaje.
Trastorno desintegrativo de la infancia
Es un cuadro de regresión en varias áreas del funcionamiento. Algunas serían, por ejemplo, el control de esfínteres, la capacidad para realizar diferentes movimientos, habilidades del lenguaje o sociales…
Para su diagnóstico debe haber ocurrido al menos un lapso de tiempo de dos años en los que el desarrollo haya sido normal.
Síndrome de Rett
Podríamos hablar de un subtipo del anterior que se da en niñas prácticamente siempre, entre los 6 y los 18 meses.
Hay cambios bruscos sin motivo en el comportamiento y se da alguna regresión, llegando, incluso, a perderse habilidades por completo, especialmente de tipo motriz.
Le siguen dificultades en el lenguaje ya prendido, dificultades a la hora de razonar y un uso torpe de las manos. También pueden aparecer movimientos repetitivos y gestos sin sentido.
Trastorno generalizado del desarrollo no especificado
Se diagnostica ante la presencia de síntomas que no son suficientes (en cantidad o grado) para hacer la diagnosis de ninguno de los otros trastornos mencionados.
Sin duda, existen algunas otras alteraciones en el desarrollo podríamos desarrollar estas muy en profundidad (cosa que seguramente haga). Sin embargo, para ponerte en precedentes y sepas lo que tienes que considerar al interactuar con tu peque es más que de sobra.
Ni qué decir tiene que ante cualquiera de las situaciones descritas se debe acudir a consulta para, de ser necesario, derivar a un especialista que se haga el diagnóstico correspondiente.
Seguramente sepas que no existe tratamiento (curativo) para estas patologías. Igualmente, el diagnóstico y seguimiento por parte de un profesional especializado son esenciales como también la terapia paliativa para mejorar la calidad de vida y, en ocasiones, un enfoque diferente en la intervención educativa, así como consultas con psicólogos.
Puede que desde fuera no parezca mucho lo que se llega a conseguir pero te aseguro que para las familias y el propio niño, poner atención a estos problemas, aunque no tengan cura, supone una diferencia inmensa.
Muy interesante 🤩 y explicado de forma fácil de entender.