👉 Fuente: El Confidencial
El pediatra Carlos González advierte sobre la desproporción de la carga de crianza que recae en los abuelos, defendiendo que su papel debe ser de apoyo emocional, no de cuidadores primarios a jornada completa.
La dificultad de la conciliación familiar y laboral en España ha provocado que la figura del abuelo haya evolucionado de ser un apoyo ocasional a ser, en muchos casos, el cuidador principal de los nietos durante largas jornadas diarias. El pediatra Carlos González ha abordado este tema en recientes declaraciones, generando un debate sobre las consecuencias de esta práctica.
González, conocido por su enfoque en la crianza respetuosa, enfatiza que, si bien la «teoría de la abuela» ha demostrado ser evolutivamente clave para la supervivencia humana, la situación actual donde los abuelos asumen ocho o más horas diarias de crianza no es saludable ni sostenible para ellos. Su postura es clara: la responsabilidad principal de la educación y el cuidado recae en los padres.
Redefiniendo el rol del abuelo: malcriar sí, criar no
El pediatra propone redefinir el rol de los abuelos, limitándolo a lo que tradicionalmente ha sido su función más valiosa y disfrutable: la de «malcriar» y compartir momentos únicos.
- Malcriar como vínculo: Según González, malcriar no significa dar solo chucherías, sino ofrecer un vínculo de cariño incondicional, una perspectiva diferente y un tiempo de calidad que los padres no pueden ofrecer. Es un espacio para la relajación y la transmisión de afecto y valores.
- El impacto en los padres: El experto critica a los padres que pretenden que los abuelos cuiden, eduquen y alimenten a los nietos exactamente como ellos lo harían. Este nivel de exigencia desvirtúa el rol de los abuelos, quienes no están obligados a seguir instrucciones y, a menudo, realizan la labor de forma gratuita.
La carga sobre la generación mayor
Más allá de la dinámica familiar, existe una preocupación real por el «síndrome de la abuela esclava», una realidad que afecta la salud física y mental de los mayores. Asumir la crianza de tiempo completo, a menudo justo después de la jubilación, resta tiempo para el ocio, el cuidado personal y las actividades que son vitales para una vejez saludable.
La clave, según el pediatra, es que los padres deben ser los que marquen las directrices generales, pero deben respetar el derecho de los abuelos a disfrutar de sus nietos de manera relajada. El niño, a su vez, es perfectamente capaz de distinguir las reglas del hogar de las reglas de los abuelos, lo que contribuye a su adaptabilidad.
