👉Fuente: Cadena SER
Un estudio con resonancias magnéticas revela que los adolescentes responden menos a la voz de sus progenitores y más a voces nuevas, como parte del desarrollo cerebral.
Durante mucho tiempo, madres y padres viven a base de frases como “no me haces caso” o “parece que no me escuchas” cuando sus hijos entran en la adolescencia.
Sin embargo, un reciente estudio de Stanford University demuestra que este aparente desinterés no es necesariamente un acto de rebeldía, sino el reflejo de una reconfiguración neurológica ligada al desarrollo.
¿qué ocurre en el cerebro del adolescente?
La investigación monitoreó mediante resonancias magnéticas a jóvenes de entre 7 y 16 años mientras escuchaban voces familiares y desconocidas. En los niños más pequeños, las regiones cerebrales vinculadas a la recompensa se activaban al escuchar la voz de sus padres; sin embargo, entre los 13 y 14 años, ese patrón cambia: las voces nuevas y desconocidas activan con mayor fuerza esas mismas regiones.
Este giro neurológico coincide con la reorganización que el cerebro realiza para favorecer la independencia, la socialización fuera del núcleo familiar y la formación de vínculos más amplios.
¿Qué significa esto para la educación y la familia?
Desde una perspectiva pedagógica, este hallazgo invita a que los adultos adapten su estilo comunicativo. En lugar de adoptar una postura autoritaria, se recomienda fomentar el diálogo, la escucha activa y el reconocimiento de la etapa que vive el adolescente. El enfoque debe pasar de “te lo digo porque soy tu padre/madre” a “esto lo hablamos juntos”.
El proceso reafirma que la adolescencia implica un cambio organizativo cerebral -más que una simple “rebeldía”- y que el reto educativo no es imponer la voz del adulto, sino construir un puente de comunicación que tenga en cuenta las nuevas prioridades del joven.
Claves prácticas para acompañar el cambio
- Cambiar la voz del mandato por el lenguaje del acompañamiento: “¿Qué te preocupa?” en lugar de “Hazlo porque lo digo yo”.
- Estimular la autonomía: ofrecer espacios donde el adolescente pueda elegir, decidir y sentirse responsable.
- Mantener la presencia emocional: el vínculo familiar sigue siendo crucial aunque el protagonismo social cambie.
Recursos y metodologías complementarias:
- A neurodevelopmental shift in reward circuitry from mother’s to nonfamilial voices in adolescence, Journal of Neuroscience.
- Una gran razón por la que los adolescentes no nos escuchan, Psychology Today.
