👉 Fuente: Rivas Ciudad
El Tribunal Supremo español ha dictaminado que la Comunidad de Madrid debe compensar económicamente a un Ayuntamiento por dejar de financiar la etapa educativa de 0 a 3 años durante el confinamiento de la pandemia, reforzando, una vez más, la idea de la importancia de la educación infantil.
Una sentencia reciente del Tribunal Supremo ha generado un precedente importante en la política educativa sobre quién debe asumir el costo de la educación infantil (la etapa de 0 a 3 años) en tiempos de crisis.
El fallo judicial condena a la Comunidad de Madrid a pagar una suma significativa al Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid por la interrupción unilateral de un convenio que regulaba la financiación de las escuelas infantiles municipales durante el confinamiento de la pandemia en 2020.
La controversia se originó cuando, tras decretarse el teletrabajo para el personal docente, el gobierno regional dejó de financiar la actividad, a pesar de que las escuelas y casas de niños del municipio mantuvieron una enseñanza online y prepararon materiales educativos para que las familias pudieran trabajar con sus hijos e hijas en casa.
Educación 0-3: un derecho no un servicio
Este caso subraya la consideración de la educación de 0 a 3 años como una etapa educativa fundamental, y no simplemente como un servicio de cuidado o asistencia.
Durante la pandemia, los centros de educación infantil no cerraron su función; transformaron su método de trabajo, manteniendo el vínculo educativo esencial entre el alumnado, el profesorado y su entorno escolar. Esta actividad, aunque a distancia, era clave para el desarrollo infantil en un momento de gran incertidumbre.
El Tribunal ha reconocido el valor del apoyo telemático ofrecido por los docentes, que incluyó actividades, cuentos grabados y material de estimulación temprana. Este trabajo fue esencial para mitigar los efectos negativos del confinamiento en el desarrollo social y cognitivo de los más pequeños, destacando la responsabilidad de las administraciones en garantizar la continuidad educativa.
El contexto pedagógico del confinamiento
Desde una perspectiva pedagógica, el confinamiento puso a prueba la capacidad de adaptación de los modelos educativos. Para la primera infancia, la interacción y el juego directo son insustituibles. Sin embargo, el esfuerzo de los educadores por proveer rutinas y materiales didácticos a las familias fue crucial.
La crianza durante el confinamiento se vio desafiada por la necesidad de los padres de equilibrar el teletrabajo con la educación en casa. Las escuelas infantiles que mantuvieron el apoyo a las familias ofrecieron una guía esencial sobre cómo seguir estimulando el lenguaje, la psicomotricidad y la regulación emocional en un entorno doméstico.
La sentencia, al apoyar la financiación de esta actividad, respalda la idea de que la educación es un derecho llave que debe ser garantizado sin interrupciones por las políticas públicas.
