👉 Fuente: Agencia SINC
Un amplio estudio con datos de 86.000 personas en europa revela que el uso habitual de más de un idioma se asocia con un envejecimiento cognitivo más lento, un efecto protector que aumenta con el número de lenguas. esta investigación subraya que la inversión lingüística que hacemos en nuestros hijos no solo les beneficia hoy, sino que actúa como un escudo protector para su salud cerebral futura.
Como padres, nuestro mayor deseo es asegurar el bienestar y la salud de nuestros hijos a largo plazo. si bien siempre se han conocido los beneficios sociales y laborales del multilingüismo, la ciencia ha demostrado que el aprendizaje de idiomas es una de las mejores herramientas para construir una sólida reserva cognitiva, el capital cerebral que protege la mente del deterioro por la edad.
El regalo de la reserva cognitiva
El estudio, publicado en la revista nature aging, concluye que las personas que hablan varios idiomas tienen un perfil de salud cognitiva más robusto. esta protección no es mágica, sino el resultado del constante ejercicio mental que implica el multilingüismo. cuando una persona bilingüe habla, su cerebro debe gestionar e inhibir activamente el idioma que no está usando, entrenando las redes de control ejecutivo y la atención selectiva.
Son precisamente estas funciones ejecutivas, como el control atencional y la memoria de trabajo, las que tienden a debilitarse primero con el paso del tiempo. al ejercitarlas desde la infancia, se fortalece el cerebro, creando una «reserva» que permite compensar mejor el desgaste cognitivo natural del envejecimiento. el efecto protector es acumulativo: cuanto mayor es el número de lenguas utilizadas, mayor es el beneficio.
Empezar temprano: beneficios inmediatos
Aunque los hallazgos sobre el envejecimiento son notables en adultos, la principal ventaja de la exposición temprana es que el cerebro infantil se encuentra en un periodo de máxima neuroplasticidad. los niños de corta edad absorben las lenguas de forma natural, sin la barrera de la traducción mental que a menudo ralentiza a los adultos.
El bilingüismo en la infancia se asocia con:
- mayor capacidad de atención: al tener que discriminar entre dos sistemas lingüísticos.
- flexibilidad cognitiva: mejor capacidad para cambiar de tarea y perspectiva.
- habilidades de resolución de problemas: se ha observado una mejor capacidad para concentrarse y suprimir interferencias.
Invertir en el aprendizaje temprano de idiomas no solo abre puertas culturales y laborales, sino que, como confirma este estudio, es una de las estrategias más sólidas -a la par que interesante- para asegurar un envejecimiento saludable y retrasar la aparición de problemas cognitivos en el futuro.
