👉 Fuente: La Razón
La prevalencia del diagnóstico de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) en la población infantil ha crecido significativamente, poniendo en relieve la necesidad de una formación docente especializada y recursos en las aulas.
Diversos especialistas en neuropediatría y salud mental infantil han alertado sobre el incremento notable en el diagnóstico de TDAH en los últimos años. Este aumento, si bien en parte refleja una mayor conciencia y mejor detección por parte de los profesionales de la salud, también exige una respuesta coordinada por parte del sistema educativo.
El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo que afecta la capacidad del niño para sostener la atención, controlar la impulsividad y regular su nivel de actividad, lo que tiene un impacto directo en el rendimiento académico y la socialización.
Los expertos insisten en que el primer paso para apoyar a estos niños es la formación continua del profesorado. Los docentes son a menudo los primeros en observar las dificultades y deben estar capacitados no solo para detectar las señales de alerta, sino también para implementar adaptaciones metodológicas efectivas en el aula.
Desafíos de la inclusión en el aula
La inclusión educativa exige que el centro escolar sea un espacio flexible. Para los alumnos con TDAH, esto significa ir más allá del diagnóstico. Es necesario implementar estrategias como la organización del tiempo y el espacio, el uso de ayudas visuales y la modificación de las tareas para reducir la carga de memoria de trabajo y aumentar el compromiso del alumno.
La integración de la familia es otro pilar fundamental. La intervención más eficaz es aquella que se realiza de forma multidisciplinar, uniendo los esfuerzos del pediatra, el psicólogo o psiquiatra, el centro educativo y los padres. El apoyo parental es clave para establecer rutinas y fomentar la autoestima del niño, que a menudo se ve mermada por las dificultades persistentes en el colegio.
Análisis de desarrollo infantil: la atención y el juego
Desde el punto de vista del desarrollo infantil, es crucial distinguir entre la hiperactividad normal y un trastorno. La infancia es una etapa caracterizada por la curiosidad y la movilidad, pero el TDAH implica una dificultad persistente y desadaptativa que interfiere con el funcionamiento diario.
La intervención pedagógica debe centrarse en potenciar las fortalezas del niño y utilizar metodologías que permitan el movimiento y la exploración activa, elementos que a menudo mejoran la concentración en este perfil de alumnado.
En el aula, la clave es la anticipación y la estructura. El uso de refuerzos positivos y la división de tareas largas en pequeños pasos manejables son técnicas de crianza y educación positiva que tienen un impacto directo en el éxito escolar de los pequeaprendices con TDAH.
Recursos y metodologías complementarias:
- Guía de Práctica Clínica sobre el TDAH en niños y adolescentes, Guía Salud (Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad).
- Estrategias en el aula para alumnos con TDAH, UNIR.
- Preguntas frecuentes sobre el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, Asociación Española de Pediatría (AEP).
