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👉 Fuente: Universidad de Turku (Programa KiVa) / International Journal of Bullying Prevention
Nuevos datos del programa finlandés KiVa demuestran que centrarse en los testigos, y no solo en el agresor o la víctima, es la estrategia más eficaz contra el acoso. Empoderar a la «mayoría silenciosa» desactiva la recompensa social que busca el acosador.
El acoso escolar es un fenómeno de grupo. El agresor rara vez actúa solo; busca público y validación.
Tradicionalmente, las intervenciones se centraban en castigar al acosador y proteger a la víctima, pero la psicología social ha demostrado que la clave está en los espectadores: ese 80% de alumnos que miran y callan.
Romper el silencio de la mayoría
El estudio confirma que cuando los espectadores intervienen —no necesariamente enfrentándose físicamente, sino simplemente no riendo las gracias, apoyando a la víctima o avisando a un adulto—, los casos de acoso se reducen drásticamente.
El programa entrena a los niños para superar el «efecto espectador» (la tendencia a no actuar cuando hay otros presentes) mediante:
- Empatía activa. Reconocer el sufrimiento del otro.
- Autoeficacia. Darles herramientas y frases concretas para decir «eso no tiene gracia» o «vámonos de aquí».
- Seguridad. Garantizar canales anónimos de denuncia.
Implicaciones para la educación emocional
Para las familias y escuelas, esto implica un cambio de discurso. En lugar de decir «no te metas en líos», se debe educar en la responsabilidad cívica.
Defender al vulnerable no es «chivarse», es un acto de ciudadanía. Crear un clima escolar donde la agresión no recibe aplausos, sino rechazo social, es la vacuna más potente contra la violencia.
Recursos y metodologías complementarias
- Programa KiVa.
- «Yo a eso no juego», Save the Children.
- General: Consejos para luchar contra el ciberbullying, Save the Children.
