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👉 Fuente: MARCA
A partir del 1 de enero de 2026, miles de familias podrán disponer de dos semanas adicionales de permiso retribuido para el cuidado de hijos, una ampliación que refuerza la conciliación y el bienestar infantil.
El Real Decreto-ley 9/2025 introduce una ampliación que transforma el permiso por nacimiento y cuidado. Este pasa de 16 a 19 semanas por progenitor e incorporando dos semanas extra de permiso parental que podrán utilizarse hasta que el menor cumpla 8 años.
La medida reconoce que las necesidades de crianza no se limitan al periodo posnatal inmediato, sino que se extienden a etapas posteriores donde siguen existiendo demandas de cuidado y presencia adulta.
La principal novedad de esta reforma es que estas semanas adicionales no tienen por qué disfrutarse de manera consecutiva. Las familias podrán fraccionarlas según su situación personal o laboral. Así, se genera un margen de flexibilidad clave para responder a etapas escolares exigentes, procesos de adaptación, revisiones de salud o cambios familiares inesperados.
Una herramienta que refuerza el bienestar infantil
Este nuevo derecho incide directamente en la calidad del cuidado que reciben los niños. La evidencia en desarrollo infantil muestra que la presencia estable de figuras de referencia reduce el estrés temprano, favorece la regulación emocional y mejora los procesos de aprendizaje. Disponer de tiempo protegido y retribuido permite a los progenitores acompañar momentos clave. Adaptaciones escolares, revisiones médicas o la gestión de dificultades propias de la primera infancia se vuelven más sencillas.
Las familias monoparentales también experimentan una mejora notable. Ahora, el permiso puede alcanzar las 32 semanas, reconociendo la carga exclusiva de cuidado y la importancia de garantizar que estos hogares cuenten con apoyos equivalentes.
Impacto en la conciliación y la corresponsabilidad
La reforma persigue reforzar la corresponsabilidad entre progenitores, al ampliar un permiso que podrán utilizar de forma equitativa. Además, facilita escenarios en los que ambos puedan organizarse para cubrir necesidades familiares sin reducir ingresos, un factor determinante para evitar renuncias laborales y desigualdad entre madres y padres.
En la práctica, esta flexibilidad permitirá:
- Ajustar el cuidado a etapas sensibles del desarrollo.
- Reducir el estrés laboral asociado a la crianza.
- Acompañar procesos educativos y sanitarios sin perder estabilidad económica.
El derecho podrá solicitarse desde el 1 de enero de 2026. Para disfrutar el permiso, el nacimiento, adopción o acogimiento debe haber tenido lugar el 2 de agosto de 2024 o en adelante.
