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👉 Fuente: Infobae
Las recientes cifras del curso 2023-2024 muestran que la proporción de estudiantes que finalizan la ESO varía hasta 13 puntos según la comunidad autónoma, evidenciando desigualdades con impacto directo en oportunidades educativas y futuro de niñas y niños.
Los datos oficiales publicados en diciembre de 2025 por el Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes señalan que, en promedio nacional, la tasa bruta de alumnado que logra terminar la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) en el curso 2023-2024 se sitúa en 82,1 %.
Pero al desglosarse por comunidades autónomas, se observan diferencias muy importantes. En el tope se encuentra el Principado de Asturias, con una tasa de graduación del 89,9 %, lo que indica que casi 9 de cada 10 jóvenes asturianos completan la ESO.
En cambio, en la Comunitat Valenciana la cifra baja al 76,8 %, cerca de 13 puntos de diferencia respecto a Asturias.
Estas cifras reflejan una realidad con consecuencias muy reales para muchas familias: un título de ESO no garantizado en algunas regiones significa menos opciones de formación profesional, estudios superiores o empleos estables.
Contexto de desigualdad territorial
Las diferencias no se explican solo por características locales, sino que responden a factores estructurales: condiciones socioeconómicas, recursos educativos, tasas de abandono temprano, apoyo familiar, entorno comunitario, etc. En varias comunidades con bajas tasas de titulación, hay más dificultad para que las niñas y los niños accedan a apoyos extraescolares o un entorno estable que favorezca sus estudios.
Desde una perspectiva social, estas disparidades suponen una desigualdad en oportunidades: quien nace o crece en una comunidad con menor tasa de ESO tiene más riesgo de abandono, desempleo o precariedad. Esto afecta no solo al presente del menor, sino a su futuro, su desarrollo, su integración social y su bienestar a largo plazo.
Qué implica para infancia, crianza y futuro
El apoyo en casa, la orientación escolar, el acceso a actividades complementarias y el acompañamiento adulto pueden marcar la diferencia cuando. Es esencial tener claro que el sistema escolar por sí solo no garantiza la titulación. Desde un punto de vista psicoeducativo, reforzar la motivación, ofrecer apoyo emocional y crear hábitos de estudio puede ayudar a compensar las desigualdades estructurales.
Si eres madre, padre o tutor, estos puntos pueden ser útiles:
- Mantener una comunicación fluida con el centro educativo sobre dificultades del niño o la niña.
- Promover espacios tranquilos de estudio en casa y acompañamiento si hay dificultades.
- Fomentar aspiraciones educativas: Bachillerato, FP o formación continua, más allá de la ESO.
El reto de reducir la desigualdad educativa
Cerrar estas brechas territoriales requiere políticas que aseguren recursos equitativos: más apoyo en comunidades vulnerables, refuerzo educativo, medidas de acompañamiento, estímulo temprano, orientación vocacional… Y también un compromiso social: garantizar que ningún niño o niña quede atrás solo por dónde vive.
Este reto, si se aborda con políticas educativas, sociales y de apoyo familiar integradas, puede traducirse en mejores oportunidades para todos los menores, además de contribuir al desarrollo y la cohesión social en España.
