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👉 Fuente: UNICEF
UNICEF, junto al sector privado en la República de Moldova, ha lanzado un programa integral para capacitar a padres y madres en prácticas de crianza positivas, comunicación respetuosa y apoyo emocional, beneficiando directamente a más de 400 familias y potenciando el desarrollo integral de los niños en sus primeros años de vida.
La importancia de la formación en habilidades parentales
Los primeros años de vida son fundamentales para el desarrollo físico, emocional y cognitivo de los niños. Sin embargo, muchas familias enfrentan desafíos para implementar prácticas de crianza que fomenten la autonomía, la regulación emocional y la seguridad afectiva.
El programa en Moldova responde a estas necesidades ofreciendo talleres prácticos, asesoría personalizada y espacios de intercambio entre familias. Según UNICEF, el objetivo principal es capacitar a los padres para que se conviertan en agentes activos del desarrollo de sus hijos, aprendiendo a manejar situaciones cotidianas con paciencia y respeto.
Contenidos del programa de habilidades parentales PEACE
El plan de formación aborda varias áreas clave para la crianza positiva:
- Comunicación respetuosa: enseñar a escuchar y validar las emociones del niño, evitando gritos o reproches que puedan afectar su bienestar emocional.
- Prácticas de disciplina positiva: establecer límites claros sin recurrir a castigos físicos o humillantes, reforzando comportamientos adecuados con refuerzo positivo.
- Apoyo emocional y bienestar parental: brindar estrategias a los padres para manejar su propio estrés, mejorar la resiliencia familiar y ofrecer un entorno seguro y afectuoso para los niños.
- Desarrollo temprano y estimulación: guiar a los padres sobre actividades y rutinas que favorezcan habilidades cognitivas, motoras y sociales desde la primera infancia.
Impacto en las familias y los niños
Desde su inicio, el programa ha generado resultados positivos tanto a nivel individual como comunitario:
- Los niños muestran mayor seguridad emocional y confianza, facilitando su aprendizaje y socialización.
- Los padres desarrollan herramientas concretas para gestionar conflictos y emociones, reduciendo episodios de estrés familiar.
- Se fortalecen redes de apoyo entre familias, promoviendo el intercambio de experiencias y soluciones frente a desafíos comunes de la crianza.
Expertos en desarrollo infantil destacan que intervenciones de este tipo son cruciales, especialmente en contextos socioeconómicos diversos, donde el acceso a información y recursos confiables sobre crianza puede ser limitado.
Aplicación y replicabilidad del modelo
El enfoque flexible y adaptativo del programa permite que familias en zonas urbanas y rurales accedan a formación de calidad. Además, el modelo tiene potencial de replicarse en otras regiones, ofreciendo un referente de cómo integrar iniciativas de crianza positiva en políticas públicas y programas comunitarios.
Recomendaciones prácticas para padres
- Dedicar tiempo diario de atención exclusiva a cada hijo, aunque sean solo minutos, fortaleciendo la conexión emocional.
- Practicar la escucha activa, validando emociones y fomentando la expresión de sentimientos sin juzgar.
- Aplicar disciplina positiva de manera consistente, combinando límites claros con refuerzos positivos.
- Buscar apoyo profesional o comunitario ante dudas sobre el desarrollo, conducta o salud emocional del niño.
