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👉 Fuente: OK Diario
Los expertos en comportamiento animal y veterinarios lanzan un aviso reciente sobre cómo garantizar una convivencia segura y positiva entre gatos y niñas y niños en el hogar, combinando beneficios emocionales con cuidados prácticos que también protegen la salud y el bienestar de quienes viven con estas mascotas.
Beneficios de vivir con un gato desde la infancia
Tener un gato en casa puede aportar mucho más que compañía. Los estudios sobre mascotas y salud infantil han asociado la presencia de gatos con una mayor autoestima, mejores habilidades sociales y una capacidad más fácil de establecer vínculos afectivos, lo que puede favorecer aspectos emocionales y sociales del desarrollo en la infancia.
Sin embargo, asegurar que esa convivencia sea segura, respetuosa y educativa requiere atención tanto a las interacciones entre niños y gatos como a las rutinas de cuidado de la mascota.
Enseñar a los niños a interactuar con su gato
Los veterinarios y especialistas en comportamiento animal recomiendan que la relación entre un niño y su gato se base en respeto y cuidado mutuo. Para promover esto en el día a día:
- Evitar usar las manos o los pies como juguetes, ya que pueden provocar arañazos u respuestas defensivas del gato.
- Utilizar juguetes adecuados (como varitas, postes o pelotas) para que el felino y el menor jueguen sin riesgo.
- Involucrar al niño en los cuidados básicos del gato —por ejemplo, ayudar a darle de comer o participar en juegos supervisados—, lo que fortalece la responsabilidad y la empatía.
- Aprender el lenguaje corporal del gato para reconocer signos de estrés o incomodidad (como la cola moviéndose rápido o apartar la mirada), y ajustar el contacto según esas señales.
Este tipo de aprendizaje no solo protege la seguridad física, sino que también enseña a niñas y niños habilidades emocionales como la lectura de señales sociales, la paciencia y el autocontrol.
Cómo evitar conflictos y malentendidos
La convivencia entre gatos y niños a veces genera tensiones si no se respetan los espacios y ritmos de cada uno. Los expertos sugieren:
- Mantener un ambiente tranquilo durante las interacciones, evitando ruidos fuertes que puedan estresar al gato.
- Crear un lugar seguro para el felino, como un rincón elevado o un escondite tranquilo donde pueda retirarse cuando necesite descanso o espacio propio.
- Supervisar siempre los juegos entre niños pequeños y gatos, especialmente si el menor es muy pequeño o el gato no está acostumbrado a la presencia de niños.
Estas prácticas fomentan una convivencia respetuosa y reducen la incidencia de miedos o experiencias negativas que puedan surgir si un gato se siente invadido o un niño no comprende las señales felinas.
Salud y seguridad en el hogar
Además de la interacción social, hay aspectos de higiene y salud que cobran especial importancia cuando hay niños pequeños en el hogar:
- Mantener un calendario de desparasitación interna y externa actualizado para proteger al gato y a todos en casa.
- Limpiar el arenero con regularidad y mantenerlo fuera del alcance de los niños pequeños para minimizar riesgos de contaminación o ingestión de material no deseado.
- Preparar al gato anticipadamente si estás esperando un bebé, por ejemplo, familiarizándolo con la ropa del bebé antes de que llegue a casa.
En conjunto, estas medidas combinan el beneficio emocional de la convivencia con gatos con una mirada preventiva hacia la salud y el bienestar familiar.
Convivencia que educa
Más allá de la seguridad, la presencia de un gato puede ser una oportunidad educativa para niñas y niños: aprender sobre responsabilidad, empatía, límites y cuidado de otro ser vivo. La participación activa, supervisada y respetuosa ayuda a que la mascota y los pequeños se beneficien mutuamente, sin poner en riesgo su salud o convivencia.
