¿No sabes que hacer para que tu hijo respete la hora de acostarse y descanse fácil y rápidamente? No te preocupes porque puede ser algo bastante común. Debes saber que el adulto tiene una función esencial en el hábito del sueño pero mientras descubres todo ello seguro que estas ideas de actividades antes de ir a dormir te vienen genial.
10 ideas de actividades antes de ir a dormir que puede hacer tu pequeño (y tú con él)
Antes de darte estas ideas quiero dejar claro que, aunque para la gran mayoría de niños estas son excelentes opciones, habrá quienes no se relajen o, de pleno, no las toleren. Recordemos que cada persona es diferente y con los peques pasa exactamente igual, algo que a uno le encante otro puede detestarlo.
Baño
El caso más claro de lo que acabo de comentar es, seguramente, el baño.
Muchos niños disfrutan muchísimo de la hora del baño. Agua calentita, chorritos, esponja, caricias… Suena la mar de bien para relajarse y dormir muy cómodos, ¿verdad? De hecho, muchos adultos lo hacemos porque sentimos que se queda uno como más descansado. Si es así, plantéate cambiar la hora del baño a después de la cena (o justo antes).
Pero, claro está, hay niños que detestan este momento y para los cuales es un sufrimiento. De ser el caso, vas a conseguir todo lo contrario a que se relajen y quieran descansar. Se enfadarán, estarán irritados y no pararán de moverse. Contrario a lo que he comentado, si a tu hijo le ocurre esto, distancia el baño de la hora de acostarse.

Masaje
Desde al poquito de nacer hasta bien entrados los tres años tu hijo debe recibir masajes con crema o aceite. Esto no se hace para relajarlos sino para mover sus articulaciones, especialmente cuanto más pequeños son.
Sin embargo, podemos aprovechar el momento para hacer estos sencillos ejercicios de movilidad de manera más lenta y confortable, con loción corporal o aceite para que, además de ejercitar al peque correctamente, se relaje. No olvidemos que es, también, una manera excelente de mostrar afecto.
Una gran idea es hacerlo después del baño, aunque no es necesario, claro está, no deben ir unidos.
Risa
Aunque puede parecer que la risa no relaja sino que nos activa, lo cierto es que sí. Con ella conseguimos una buena relajación muscular tras la tensión suave que supone que nos riamos.
Así mismo, encontramos que a nivel cerebral, nos liberamos de energía negativa y estrés al liberar endorfinas. Además, ayuda a la toma de aire de mayor calidad, más rico en oxígeno.
¿Cómo conseguirlo? Las cosquillas no fallan pero asegúrate de que no sean molestas. Chistes o anécdotas o simplemente poner caras si el bebé es muy pequeño serán gestos suficientes.

Cuentos
Es importante conseguir una visualización relajante. La imaginación de los peques no tiene límite y esto puede jugar en nuestra contra. Es por ello que a la hora de recurrir a los cuentos lo hagamos con cuidado.
Por ejemplo, a mí me encanta contar cuentos en los que el niño participe activamente inventando conmigo. Otras veces pongo alguna directriz. Pero esto puede ser demasiado estimulante. Para dormir suele ser mejor recurrir al clásico de contar un cuento al niño inventándolo tú o, a lo sumo, leérselo enseñándole las ilustraciones.
El niño tendrá un papel más pasivo para que pueda estar cómodo y prestar atención sin necesidad de hacer un esfuerzo.
Meditación
La meditación se puede realizar de muchas maneras, no es algo meramente adulto. La práctica, versátil, permite que personas de todas las edades, cuenta con ejercicios muy sencillos que los peques de la casa podrán realizar. Eso sí, trata de darle un enfoque divertido cuando les expliques qué es la meditación.
Mirar a los ojos, respiración o la sonoterapia, con sus diversos ejercicios, son excelentes actividades antes de ir a dormir que aconsejo para los niños y también para los adultos.
Respiración
Destacar la respiración como punto a parte por la cantidad de beneficios que tiene al tiempo que porque puede realizarse fuera de la meditación.
Algunos ejercicios para trabajar la respiración que gustan mucho a los niños son hacer burbujas, seguir el ritmo de una canción, realizar respiración consciente, soplar la vela…
Ejercicio relajado
La actividad física puede ser muy estimulante pero si eliges bien no tiene que llegar a ser extenuante.
Simplemente elige aquellos ejercicios que vayan un paso más allá que la meditación, como algunas posturas de yoga, estiramientos o, para niños más mayores, trote, por ejemplo. Se trata de trabajar el cuerpo sin que exista una sobreestimulación de su estado emocional.

Otra opción sería practicar cualquier deporte a última hora de la tarde (antes de la cena y demás hábitos y quehaceres nocturnos) para que el niño se canse y llegue a casa en un estado de calma y con el cuerpo pidiendo cama.
Conversación
Una buena charla es una manera perfecta de terminar el día familiar antes de hacer los preparativos propios de la hora de acostarse. Con ello no sólo estamos un buen ratito tranquilos sino que se intercambian confesiones, cariños y confianzas fomentando el apego y afianzando la relación que tenemos como miembros de una misma unidad.
Canciones
Podéis cantar algunas canciones no demasiado movidas y cuyo baile no sea estimulante. De hecho, lo ideal es que escojas algunas lentas o de pasos tranquilos para cantar en la cama. El sofá o la alfombra también son buenas opciones, pero siempre sentados o recostados).
Entretenimiento mental
Hay algunos juegos o ejercicios pensados para entrenar la mente sin sobreestimularla como contar ovejitas o el juego de la escalera.
El primero consiste en visualizar, en un prado, campo o granja, un paso, por ejemplo, un arco, y como, por él, van pasando ovejitas. El niño debe ir viéndolas pasar y contar cuántas lo hacen. El segundo consiste en que se imagine a sí mismo bajando por una escalera, despacio, siendo consciente de cada escalón.
Estos son los clásicos pero hay muchísimas formas de entrenar la mente de manera relajada; es cuestión de ir indagando.

Bonus: Actividades antes de ir a dormir que le relajen a él
En general, debes tener el ojo bien puesto y conocer cómo le afecta a tu peque hacer cada actividad. Ya he comentado que hay cosas que les irá bien a unos y mal a otros, y no sólo es algo que se atribuye al baño.
A tu hijo le puede relajar dibujar o volverle totalmente loco porque se emociona muchísimo con sus creaciones. Lo mismo ocurrirá con un guiñol; puede quedarse dormido viendo una historia o lanzarse a coger los muñecos. Es cuestión de saber qué le gusta y de qué modo y ofrecérselo en las últimas horas antes de ir a la cama.
Consideraciones para unir a las actividades antes de ir a dormir
Además de lo anterior y de manera principal, es necesario que recuerdes adecuar tanto el dormitorio del peque como los espacios del hogar en general.
Las últimas horas del día en casa deben ser tranquilas, no importa si estamos o no con el pequeño. No podemos poner música con un volumen elevado o cantar a voces, por ejemplo. Tampoco es momento de hacer tareas del hogar como poner electrodomésticos o pasar el aspirador.
En cuanto a su habitación, debe tener la luz apagada para dormirse y tenue para realizar las actividades antes de dormir que hayáis escogido. Igual que en el resto de espacios, no debe haber ruidos. Las ventanas deben estar cerradas para evitar corrientes, golpetazos y accidentes. Por último, todo debe estar ordenado para evitar que el niño vea sus juguetes y le den ganas de levantarse a jugar.