👉 Fuente: Salud a Diario
Una reciente investigación ha identificado una conexión directa entre el estilo de apego de los padres con sus propios cuidadores y la probabilidad de experimentar agotamiento parental, siendo la dificultad para nombrar emociones (alexitimia) un factor mediador clave.
El concepto de agotamiento parental (o burnout parental) es un tema de creciente preocupación en la salud mental familiar. Este se define como un estado de intenso agotamiento físico, emocional y cognitivo relacionado con la crianza.
Un estudio novedoso publicado en los últimos días arroja luz sobre las raíces psicológicas de este fenómeno, señalando que la historia de apego de los propios padres es un factor de riesgo significativo.
El vínculo oculto: apego y agotamiento
La investigación propone que el estilo de apego que madres y padres desarrollaron en su propia infancia influye en cómo manejan el estrés de la crianza. Las personas con apegos inseguros (ya sean ansiosos o evitativos) a menudo tienen dificultades para regular sus propias emociones y las de sus hijos.
El estudio identificó a la alexitimia -la incapacidad de identificar y describir las propias emociones- como el poderoso mediador entre el apego inseguro y el burnout.
Un padre que no puede nombrar o comprender su propia frustración o ansiedad es menos capaz de responder de manera sensible y coherente a las necesidades emocionales de su hijo, lo que aumenta la tensión en la relación y, consecuentemente, su propio agotamiento.
Diferencias en el agotamiento según el sexo
El estudio también encontró que los mecanismos de agotamiento difieren ligeramente entre sexos:
- En las madres: El apego evitativo hacia sus propias madres y la ansiedad de apego se vincularon directamente con el agotamiento. La inseguridad en la relación y el distanciamiento emocional parecen impactar de manera más inmediata en su satisfacción y energía como cuidadoras principales.
- En los padres: La dificultad para regular el distrés emocional se mostró como un factor más preponderante, impactando en su capacidad para participar activamente en una crianza sensible.
Análisis teórico: la importancia de la co-regulación
Desde la neurociencia del desarrollo, sabemos que los niños no nacen con la capacidad de regular sus emociones; aprenden a hacerlo a través de la co-regulación con sus cuidadores.
Un niño que llora necesita un adulto que pueda mantenerse calmado y conectado para ayudarle a modular su sistema nervioso. Si el padre o la madre está en un estado constante de agotamiento y tiene un apego inseguro no resuelto (lo que se manifiesta como falta de coherencia en la respuesta), le resultará imposible ser ese «regulador externo» para su hijo.
Por ello, la investigación sugiere que los programas de apoyo a la crianza deben centrarse no solo en las técnicas de disciplina, sino en la salud emocional de los padres, utilizando enfoques como la terapia focalizada en el apego y el mindfulness parental.
Recursos y metodologías complementarias:
- La Teoría del Apego, John Bowlby, Bowlby Center.
- Mindfulness parental: qué es y cómo aplicarlo, Universidad de Massachusetts Medical School.
