El cambio de pañal es una de los aspectos relacionadas con la higiene del bebé más importantes, por no decirla que más.
Este es la única manera que tiene el bebé de mantener limpia su zona genital sin recurrir al baño tras cada pipí o caca, algo incómodo y hasta contraproducente, por no decir que imposible en muchas ocasiones.
Con una práctica adecuada de cambio de pañal se consiguen evitar cuantiosas infecciones que pueden llegare a derivar en enfermedades y patologías de gravedad variable así como favorecer el bienestar del peque.
Cambio de pañal: paso a paso
Dicho esto, vamos con el paso a paso, que realmente es sencillísimo. Lo haremos suponiendo que tenemos pañales desechables.
- Prepara todo lo que vayas a necesitar para el cambio. Esto incluye cubrecambiador, pañal, toallitas o agua y jabón, muda (asómate a ver si se ha manchado la ropita, que a veces pasa), crema, toalla u otro absorbente de uso individual… Es esencial para que no dejes al niño solo acostado, pues podría voltearse y caerse.
- El niño debe cambiarse en una superficie horizontal, preferiblemente firme.
- Desabrocha o rompe las tiras laterales pero no retires todavía el pañal.
- Destapa la zona genital bajando la parte delantera del pañal.
- Levanta las piernas del niño con cuidado (leer abajo). Usa sólo tu mano no dominante.
- Con una toallita o toalla húmeda, esponja u otro, retira las excreciones con un movimiento suave de arrastre hacia el pañal (lee abajo).
- Una vez retirada la gran cantidad de suciedad, lava con agua y jabón neutro. SI no es posible, utiliza nuevas toallitas, tantas como sea necesario para que la zona quede sin ni un rastro.
- Seca bien toda la zona, incidiendo en los pliegues, incluidas las ingles.

A grandes rasgos, encontramos dos diferencias a la hora de cambiar el pañal, una relacionada con el sexo del bebé y otra con su edad.
- Por sexo:
- Niñas. Con toallita o paño y jabón arrastramos de la vulva al ano, nunca al revés, pues podemos causar infección con las heces en los genitales. Hay que asegurarse de limpiar muy bien los pliegues de la vulva pero no debemos introducir el dedo más de medio a un centímetro, es decir, lo justo (según la edad de la nena). Esto es, como es lógico, sólo limpiaremos lo que es la cara interna del labio a lo sumo. En caso de estar muy sucia, lo ideal es un bañito (o limpieza por inmersión de la zona) para limpiar por completo de la forma menos agresiva.
- Niños. Con los niños el procedimiento es igual es tanto a que primero limpiaremos el pene y después la zona trasera, evitando el arrastre de las heces a la zona delantera. La diferencia reside en la limpieza del glande. Para ello hay que retraer el prepucio un poquito, con mucho cuidado, limpiar con la toallita sin usar y, muy importante, secar a la perfección, pues esa zona pasará a estar cubierta por el prepucio de nuevo.
- Por edad hay que considerar:
- Para los recién nacidos tenemos que hacerlo flexionando con nuestras manos sus rodillas e intentando levantar las piernas desde tan arriba como sea posible. Aun así, lo ideal es hacerles el cambio de costado para no estirarle de las piernecitas, aunque entiendo que esto puede tirar un poco para atrás, pues no se ve a menudo.
- A los niños más grandecitos podemos alzarles las piernas haciendo pinza con los dedos en sus tobillos. Por supuesto, sigue siendo más ideal hacerlo sin estirar de sus piernas pero como estas ya se han fortalecido con el paso de los meses, no es algo negativo.
Cambiar el pañal: tips y consideraciones
Terminar con algunos tips para conseguir un exitoso cambio de pañal.
- Cambia el pañal de tu peque cada vez que esté sucio, aunque sólo sea de pipí. Con ello, evitarás que su piel se irrite. Es mucho gasto, lo sabemos, pero es la única manera de que no sufra de lesiones dérmicas como dermatitis, una de las alteraciones de higiene infantil más comunes.
- Dedica tanto tiempo como necesites a hacer una buena elección de pañales. Si eliges mal y actúas rápido no pasará nada pero es muy desagradable que el niño esté 24 horas con un producto poco adecuado en contacto directo con su piel. Eso por no hablar de que puede ser no del todo efectivo.
- En los meses de temperaturas más extremas considera ambientar un pelín la habitación, aunque sea para un momento.
- Ten en cuenta los horarios de comida del niño para evitar un cambio de pañal prácticamente doble. Esto es, deja pasar un buen tiempecito desde que desayuna (come, cena) hasta el cambio porque seguramente haga, al menos, pipí, un ratito después.
- No uses polvos de talco. Estos resecan. Si habitualmente secas bien la zona, no serán necesarios.
- En caso de necesitarlos, opta por la mica, que es menos perjudicial para la respiración.
- En cuanto a la crema, más de lo mismo. No es tan negativa como el polvo pero si el cambio de pañal y la higiene son correctos y en el tiempo adecuados, esta no va a hacer falta. En cualquier caso, aboga por las protectoras para prevenir, densas y sin medicación salvo que el pediatra lo considere.
- Si puedes, deja al bebé un pequeño ratito sin pañal para que la zona seque naturalmente a la perfección.
- Reserva el uso de toallitas a los cambios de pañal fuera de casa.