Nuestro cuerpo (y sus sistemas en conjunto) cuenta con mecanismos que regulan la actividad y, a su vez, también produce señales de alerta cuando esta se va agotando y necesitamos recargar. El propio hecho de vivir hace que se cuatro situaciones que hoy veremos como conceptos. Estos son descanso, sueño, actividad y fatiga.
A priori puede no parecer un post demasiado útil pero sí es importante para que comprendas cómo funciona el cuerpo de tu hijo (y el tuyo propio), qué le pasa, qué necesita y cómo debemos introducir qué hábitos y actuaciones en cada situación.
Actividad
La actividad es una necesidad esencial del ser humano. Nos movemos desde antes de nacer y lo necesitamos para mantener sano nuestro cuerpo y también nuestra mente.
Además, a edades tempranas, que es lo que nos interesa, sirve para conseguir un correcto desarrollo motor y para conocer el entorno e interactuar con él así como para conocernos a nosotros mismos, nuestras capacidades y limitaciones e ir, con ello, formando nuestra personalidad. Con ello, se empieza a introducir también el desarrollo emocional y el cognitivo.

Una definición de la actividad podría ser la manifestación expresiva de la vida personal.
La actividad implica que se produzca un gasto energético. Con este viene una menor o mayor acumulación de productos de desecho que pasa del músculo a la sangre.
Para que nuestro cuerpo se mantenga en armonía hay que realizar una compensación del esfuerzo y poder, con ello, recuperar el tono muscular (y el nervioso, que también se desgasta, aunque en una medida ínfima en comparación) es necesario el descanso y reponer energía mediante la alimentación.
Y ya que sale el tema, creo que queda de manifiesto que tiene todo el sentido del mundo que lo que comemos se relacione con lo que el cuerpo necesita y con lo que gasta, es decir, lo típico que siempre nos dicen los médicos de que hay que comer bien, de todo y vigilando cantidades. Aunque ni qué decir tiene que este tema ya lo abordaré por donde pille en otro momento.
Descanso
El descanso es el tiempo que necesita nuestro cuerpo para recuperar el equilibrio, es decir, para reponerse de ese gasto, de ese movimiento, de la actividad.

Lo que se hace durante este proceso es reposar los nutrientes que hemos gastado y permitiendo que se dé en nuestro cuerpo una distensión muscular y psíquica.
Aquí se incluye el sueño, por supuesto, pero también otras actividades como la relajación o, simplemente, aquellas que no nos sobreestimulen ni, por supuesto, nos hagan mantenernos activos físicamente. Algunos ejemplos son hacer manualidades sencillas, colorear, leer un cuento, ver la tele, acostarse a charlar, el baño o, simplemente, reposar un ratito.
Hay que tener en cuenta que esto es algo bastante relativo, pues para unos niños el baño es un momento difícil mientras que otros lo disfrutan tanto, jugando, que no son capaces de relajarse. Hay quien con una manualidad se cansa porque no se le da especialmente bien y fuerza demasiado el cerebro e incluso se frustra… Es cuestión de dar en el punto.
Sueño
Una necesidad básica como la que más, con diferentes funciones que, cuando las conozcas, comprenderás por qué lo digo.

- El sueño es protector del sistema nervioso.
- Reparte y repone energía.
- Disminuye las tensiones.
- Asimila la estimulación que se ha recibido durante las horas de vigilia (es cuando los niños aprenden).
En este proceso se llega a un estado en el que se inhiben las funciones relacionadas con el mundo exterior, la frecuencia cardiaca baja significativamente, y, con ello, la respiratoria, y los músculos se relajan casi al completo.
Fatiga (actividad-descanso)
La fatiga es el desequilibrio que se produce entre el nivel de actividad y el de descanso. Si no descansamos lo suficiente nuestro cuerpo, en mayor o menor medida, se ve alterado y comienza a funcionar peor e incluso reaccionar inadecuadamente.

La actividad cotidiana nos lleva a padecer dos tipos de fatiga, ambas con igual importancia, la fatiga física y la fatiga psíquica.
FATIGA | CAUSAS | MANIFESTACIONES | CONSECUENCIAS |
Física | Ejercicio físico intenso y prolongado Enfermedad prolongada Fiebre Deshidratación Disminución de las reservas energéticas | Dolor y tensión muscular Sobrecalentamiento/sudoración Alteraciones en el ritmo cardiaco y respiratorio Falta de coordinación Errores de ejecución Sueño contra nuestra voluntad | Disminución del peso Deshidratación Alteraciones del sueño Fatiga psíquica |
Psíquica | Estrés Depresión crónica Hábitos de vida incorrectos, inadecuados o poco satisfactorios Causas ambientales Relaciones sociales | Irritabilidad Agresividad Falta de atención Falta de concentración Mareos Confusión generalizada | Alteraciones del sueño Desmotivación Apatía Dificultad para el aprendizaje Bajo rendimiento académico |
Para evitar la fatiga es esencial que rijamos nuestra vida por rutinas y hábitos, que seamos conscientes del esfuerzo que suponen las cosas y tengamos recursos suficientes y esparcidos a lo largo del día para reponernos.