👉 Fuente: El Dia
La criopreservación de óvulos, en auge como «póliza de seguro» ante la maternidad tardía, ha visto descender la edad media de las mujeres que la eligen de 38 a 35 años (datos ASEBIR). No obstante, los especialistas alertan de que a los 35 la fertilidad ya ha iniciado su caída «en picado», siendo el momento ideal para preservar la calidad genética del óvulo aún anterior.
La edad sigue siendo el principal factor que condiciona la calidad genética del óvulo y el éxito de los tratamientos de reproducción asistida en el futuro.
El descenso de la edad media en la criopreservación es una «muy buena noticia» porque refleja una mayor información en la sociedad, pero también es una llamada de atención sobre la necesidad de adelantar aún más la decisión.
La frontera de los 35 años
La jefa de sección de Biología de Dexeus Mujer, Montse Boada, ha remarcado que la fertilidad femenina comienza su declive significativo justamente a partir de los 35 años. La probabilidad de tener un hijo sano disminuye, y el riesgo de anomalías cromosómicas aumenta con la edad del óvulo.
Por ello, aunque la tecnología ha avanzado enormemente con técnicas como la desvitrificación ultrarrápida (Ultra-Fast) y la aplicación de Inteligencia Artificial (IA) al análisis embrionario, la edad del óvulo es un límite biológico inmutable:
- Calidad vs. cantidad. La criopreservación es más eficaz antes de que la calidad genética del óvulo se vea comprometida, garantizando una mayor tasa de éxito en futuros intentos de fecundación in vitro.
- Información precoz. Se hace un llamamiento a las políticas de salud pública para que la información sobre la caída de la reserva ovárica se ofrezca de forma temprana, permitiendo a las mujeres tomar decisiones informadas antes de la treintena.
Óvulos creados a partir de células de la piel: la promesa genética
En una línea de investigación aún más vanguardista, científicos han logrado, por primera vez, crear óvulos humanos potencialmente fecundables a partir de células de la piel.
Aunque el experimento se detuvo en la fase de blastocisto, este avance marca una ruta para el futuro de la medicina reproductiva, ya que podría ofrecer soluciones a mujeres con fallos ováricos prematuros o que no pueden generar gametos, resolviendo la eterna barrera del número de cromosomas.
