A menudo, hablar de dieta infantil en niños con TDAH suele sorprender a los padres. Por su sintomatología y su causa, esta es una condición que se lleva a pediatras de desarrollo conductual, neurólogos pediátricos y psicólogos, pero la visita a, nutricionista no suele estar en mente.
Te cuento cómo se relaciona el TDAH con la alimentación, cómo es útil una dieta específica en estos casos, con los alimentos a los que recurrir y los que deben evitarse a toda costa así como unas actuaciones y consejos extras para que el momento de la comida sea enriquecedor para tu peque.
Alimentación infantil y TDAH: ¿cómo se relacionan?
Aunque el TDAH tiene una base neurobiológica, ya se puede afirmar que una dieta desequilibrada puede agravar los síntomas o dificultar su manejo. La relación entre la alimentación infantil y el TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad) es cada vez más estudiada, ya que ciertos alimentos y patrones dietéticos pueden influir en la conducta, la atención y la hiperactividad.
Muchos padres se preguntan si cambiar la dieta en niños con TDAH puede mejorar su concentración, reducir la impulsividad o ayudarles a autorregularse. Y aunque no existe una dieta milagrosa, sí se sabe que algunos nutrientes clave como el omega-3, el hierro, el zinc o el magnesio desempeñan un papel importante en la función cerebral. Por el contrario, un exceso de azúcares simples, aditivos y alimentos ultraprocesados puede empeorar la irritabilidad, los picos de energía y la capacidad de atención.
Tampoco puedo dejar pasar la publicación en PubMed, que nos habla de que los patrones dietéticos saludables desde el inicio de la alimentación complementaria se asocian a un menor riesgo de TDAH; otro motivo más para ofrecer a tu hijo lo mejor en cuento a alimentación desde el comienzo (cuando aún no se puede diagnosticar este cuadro).
Adaptar la alimentación en niños con TDAH no solo es útil para favorecer su desarrollo físico, sino que puede ser un apoyo valioso en el tratamiento integral del trastorno, junto con la terapia, el apoyo escolar y, en algunos casos, la medicación. Todo suma y esta es una valiosa herramienta fácil de aprovechar.
Alimentos que pueden empeorar la conducta
Aunque ningún alimento causa el TDAH, sí hay ciertos ingredientes o patrones de alimentación que pueden influir negativamente en el comportamiento, la atención y la regulación emocional de los niños que lo padecen.
Esto no significa que un alimento tomado de manera muy ocasional cause un problema grave, pero sí conviene conocer qué consecuencias tiene introducirlos en la dieta infantil en niños con TDAH de manera más habitual.
🧁 Azúcares simples y dulces ultraprocesados
Los dulces, bollería industrial, zumos azucarados, cereales refinados y el propio azúcar blanco (así como un exceso de azúcar de cualquier tipo) producen picos rápidos de glucosa en sangre. Esto puede dar lugar a momentos de hiperactividad seguidos de caídas energéticas bruscas, lo que, indudablemente, afecta el estado de ánimo y la capacidad de concentración. Ni qué decir tiene que, con esta condición, las consecuencias mencionadas resultan mucho más intensas.
Además, el azúcar también puede alimentar un círculo vicioso: a más cansancio o desregulación, más necesidad de algo dulce para recuperar energía, lo que va creando una dificultad sobre el control de impulsos.
Por último, el azúcar crea adicción (motivo por el cual, entre otros, resulta un alimento prohibido para niños hasta los 2 años -y nunca recomendable-). Toda adicción se traduce, de nuevo, en impulsividad insana.
🧂Aditivos y colorantes artificiales
Aunque no todos los niños reaccionan igual, diversos estudios han sugerido que ciertos aditivos (como el tartrazina o el rojo allura) pueden empeorar los síntomas de hiperactividad y falta de atención en algunos casos. Estos colorantes se encuentran en golosinas, refrescos, snacks de colores vivos y algunos productos “infantiles”.
En la Unión Europea, muchos de ellos deben ir etiquetados con advertencias, por lo que leer los ingredientes puede ser clave para evitarlos en la medida de lo posible.
☕ Cafeína, teína y taurina
No es habitual que un niño tome café, pero la cafeína se cuela en refrescos de cola, tés helados e incluso en algunas chucherías. Aunque a corto plazo puede parecer que “activa” o mejora la atención (efectos ideales, con moderación, para los adultos), lo cierto es que en niños con TDAH puede causar más irritabilidad, ansiedad o dificultades para dormir. Un mal descanso, a su vez, empeora los síntomas durante el día. Eso nos pasa a todos, y lo sabes.
La taurina es intocable, bajo ningún concepto, y la teína, aunque mucho menos perjudicial, también afecta en mayor medida a aquellas personas con TDAH, por lo que su consumo debe retrasarse tanto como sea posible (si me preguntas a mí, tampoco la daría nunca a mi hijo).
🍟 Grasas trans y fritos de mala calidad
Los productos ricos en grasas no saludables, como los snacks de bolsa, los fritos industriales o la comida rápida no solo tienen bajo valor nutritivo, sino que además pueden afectar al sistema nervioso y al equilibrio emocional. Una dieta alta en grasas trans se asocia con mayor irritabilidad y menor rendimiento cognitivo.
Nutrientes que favorecen la atención
Ya hemos visto lo que, a mi parecer, no debe probar tu peque, nunca. Ahora toca ver qué opciones introducir a diario. Ojo, no se trata de que sólo coma los alimentos que te voy a comentar una y otra y otra y otra vez sino de que, cuando puedan sustituir a otro alimento (sin repetirnos continuamente), lo hagan, pues este pequeño ajuste marca la diferencia.
Aunque el TDAH no se “cura” con la alimentación, sí sabemos que algunos nutrientes tienen un papel clave en el funcionamiento cerebral, la regulación emocional y la capacidad de atención. En muchos niños, una dieta rica en estos elementos puede ayudar a mejorar su rendimiento diario y su bienestar general más de lo que ya nos benefician habitualmente a cualquiera de nosotros.
Veamos cuáles son los más importantes y por qué conviene incluirlos en su menú habitual:
🧠 Ácidos grasos Omega 3 (EPA y DHA)
Son fundamentales para el desarrollo del cerebro y la comunicación entre neuronas. Numerosos estudios han señalado que los niños con TDAH suelen presentar niveles bajos de Omega 3, y que su suplementación o su consumo regular a través de la dieta puede mejorar la atención, reducir la impulsividad y favorecer la concentración.
¿Dónde encontrarlos?
- Pescados azules como salmón, sardinas, caballa o atún claro.
- Semillas de chía, lino o cáñamo (molidas).
- Nueces.
- Aceite de linaza o de oliva virgen extra.
🍳 Proteínas de buena calidad
La dieta infantil en niños con TDAH no puede carecer de proteínas de alta calidad. Estas no solo ayudan al crecimiento físico, sino que también intervienen en la producción de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, que están directamente relacionados con el estado de ánimo, la atención y la motivación.
¿Dónde encontrarlas?
- Huevos.
- Carnes magras (pollo, pavo, ternera).
- Legumbres.
- Lácteos enteros o semidesnatados (yogur, queso, leche).
🍊 Vitaminas del grupo B (especialmente B6, B9 y B12)
Estas vitaminas participan en la síntesis de neurotransmisores y el funcionamiento neurológico. Su déficit puede afectar la energía mental y aumentar la irritabilidad o la fatiga.
¿Dónde encontrarlas?
- Verduras de hoja verde (espinacas, acelgas, brócoli).
- Frutas como el plátano o el aguacate.
- Hígado y carnes rojas.
- Cereales integrales y legumbres.
🧂 Magnesio, zinc y hierro
Estos tres minerales están relacionados con la regulación de la atención, el comportamiento y el descanso. La deficiencia de hierro, en particular, ha sido relacionada con mayor impulsividad e hiperactividad en niños con TDAH.
¿Dónde encontrarlos?
- Hierro. Carnes, legumbres, espinacas (dalas junto a vitamina C para su mejor absorción).
- Zinc. Mariscos, semillas de calabaza, huevos.
- Magnesio. Frutos secos, plátano, cacao puro, avena.
💧 Hidratación suficiente
Aunque a veces se pasa por alto, un cerebro bien hidratado funciona mucho mejor. La deshidratación leve puede causar fatiga mental, menor concentración y cambios de humor.
¿Cómo garantizarla?
- Ofrecer agua con frecuencia, no solo cuando tenga sed.
- Evitar sustituirla por zumos o refrescos.
- Incorporar alimentos ricos en agua (frutas como melón, sandía o naranja).
Estos nutrientes no son una solución mágica, pero sí forman parte de una estrategia integral de apoyo al desarrollo y bienestar diario de cualquier persona que parezca TDAH. Lo ideal es que estén presentes en la dieta de forma natural y variada, sin obsesionarse, pero sí prestando atención a la calidad de lo que ponemos en el plato.
Por otro lado, también pueden ser interesantes las dietas de eliminación, pues pueden ayudar en ciertos niños con sensibilidades alimentarias, pero no son recomendadas como estrategia principal de alimentación.
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¿Por qué el horario y la rutina son clave en la dieta infantil en niños con TDAH?
La relación entre los niños con TDAH y la comida puede ser más compleja de lo que parece. No se trata solo de lo que comen, sino también de cómo viven el momento de comer. La impulsividad, la falta de atención o incluso los efectos de la medicación pueden afectar sus hábitos alimentarios. Por eso, crear rutinas predecibles y entornos estables es fundamental para que ese momento del día sea más tranquilo y nutritivo, tanto en lo físico como en lo emocional.
Importancia del horario regular de las comidas
Establecer un horario regular para comer y mantenerlo periódicamente es una de las herramientas más efectivas que puedes aplicar en casa o en la escuela.
- Predecibilidad. Cuando un niño sabe que va a comer a una hora concreta, disminuye su ansiedad. Saber qué esperar le da confianza y seguridad, algo que los niños con TDAH suelen necesitar.
- Evita el picoteo impulsivo. Si un niño no sabe cuándo será la próxima comida, es más probable que recurra a picar a deshoras, generalmente eligiendo alimentos poco saludables o muy azucarados.
- Mejora el apetito. Un cuerpo que sigue una rutina suele responder mejor a las señales del hambre. Con el tiempo, los horarios ayudan a que el niño tenga más hambre justo en el momento de sentarse a la mesa, facilitando que acepte los alimentos.
Ambiente tranquilo y sin distracciones
La atención sostenida ya es un desafío para muchos niños con TDAH, y durante la comida esto se intensifica si hay demasiados estímulos alrededor. Aunque necesario para todos, en este caso en particular es muy importante:
- Evitar pantallas, juguetes y ruidos. Las distracciones visuales y sonoras (como la televisión encendida o los móviles) pueden hacer que el niño coma sin prestar atención o, directamente, que no coma.
- Crear un ambiente relajado. Comer en familia, sin presiones ni correcciones constantes, genera un entorno seguro. Esto favorece que el niño esté cómodo, se mantenga en la mesa más tiempo y asocie ese momento con algo positivo.

Duración adecuada de las comidas
Cada niño es un mundo. Algunos comen demasiado rápido, otros se distraen tanto que tardan muchísimo (puede que hasta perder el apetito). Encontrar el ritmo adecuado para cada uno es clave. Puede ayudarte:
- Controlar los extremos. Comer muy deprisa puede hacer que no mastiquen bien o no noten que ya están llenos. Comer muy lento, por el contrario, puede volver la experiencia tediosa y desorganizada.
- Usar herramientas visuales o sonoras. Temporizadores con luces, relojes de arena o tarareos pueden servir como recordatorio amable del tiempo que se espera que dure la comida. No se trata de meter prisa, sino de ayudar a centrar la atención sin generar presión.
Estrategias específicas para aumentar la atención durante la comida
A veces, pequeños cambios en la forma de presentar los alimentos o de organizar el momento pueden tener un gran impacto en cómo lo vive el niño.
- Platos compartimentados o raciones pequeñas. Estos ayudan a organizar visualmente lo que hay que comer, facilitando el enfoque.
- Involucrar al niño en la preparación. Pedirle que te ayude a poner la mesa, servir el agua o traer las servilletas le da un rol activo y refuerza la conexión con el momento de comer.
- Crear una rutina previa. Lavarse las manos, guardar los juguetes o recoger su espacio antes de sentarse a la mesa actúa como un ritual de transición. Así, el niño entiende que empieza otro momento del día, más estructurado.
Ejemplo de dieta para niños con TDAH
Aquí tienes un ejemplo de menú semanal completo y que refleja cómo debe ser la dieta infantil en niños con TDAH..

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