👉 Fuente: OK Diario
Un cambio de paradigma frente a las pantallas
En una época en la que los niños pasan más horas que nunca frente a dispositivos digitales, la búsqueda de actividades sin pantallas se ha convertido en una prioridad educativa y familiar. Aunque la lectura sigue siendo esencial para el desarrollo cognitivo, cada vez más psicólogos y pedagogos coinciden en señalar que el skateboarding se presenta como una de las mejores alternativas de ocio activo, creativo y social para los niños.
Esta práctica, que combina movimiento, coordinación y expresión personal, ofrece una vía para canalizar la energía, mejorar la concentración y fortalecer la autoestima. Los especialistas destacan que el patinaje urbano satisface muchas de las necesidades que atraen a los niños a los videojuegos —reto, logro, comunidad— pero desde la realidad física, el aire libre y la interacción directa con otros.
Beneficios para cuerpo y mente
El skateboarding es una actividad que integra aspectos motores, emocionales y sociales. Fomenta la resistencia, el equilibrio y la coordinación, mientras impulsa habilidades psicológicas como la resiliencia, la paciencia y la tolerancia a la frustración. Cada intento fallido y cada pequeño avance fortalecen la autoconfianza, reforzando la idea de que el progreso llega con la práctica.
Además, los espacios donde se practica -parques, plazas o zonas urbanas adaptadas- se convierten en escenarios de socialización, donde los niños aprenden a compartir, respetar turnos y colaborar. Este componente comunitario es especialmente valioso en un contexto donde el aislamiento digital preocupa cada vez más a familias y educadores.
Un enfoque desde el desarrollo infantil
Recordemos que los niños necesitan juego activo y libre para su desarrollo integral. Según la teoría del juego de Piaget y las aportaciones posteriores de la psicología evolutiva, la exploración motriz y la interacción social son pilares para el desarrollo de la autonomía, la regulación emocional y la capacidad de resolver problemas.
El skateboarding, al implicar movimiento, desafío personal, interacción con otros y experiencias emocionales intensas (como el miedo, el logro o la frustración), cumple con varios de estos requisitos. Se trata de una forma de aprendizaje vivencial que potencia tanto la salud física como las competencias socioemocionales.
Consejos para una práctica segura
Los expertos recomiendan introducir esta actividad con acompañamiento adulto y medidas de seguridad adecuadas.
El uso de casco, rodilleras y muñequeras es esencial, así como elegir espacios apropiados y fomentar una práctica regular, no esporádica.
Integrar el skateboarding dentro de una rutina equilibrada -con tiempo también para lectura, descanso y ocio digital moderado– permite que los niños disfruten de sus beneficios sin riesgos innecesarios.
Conclusión
El skateboarding no solo es una tendencia urbana, sino una oportunidad pedagógica. Representa una forma de juego activo sin pantallas que estimula la creatividad, la perseverancia y el bienestar integral. Promover este tipo de actividades desde la familia y la escuela puede convertirse en una estrategia efectiva para equilibrar la vida digital de los niños con experiencias reales, sociales y saludables.
Recursos y metodologías complementarias:
- Guía «Actividad física en la infancia y adolescencia», Academia Estadounidense de Pediatría (AAP).
- Documento «What are the benefits of skateboarding?», Parish Council.
