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👉 Fuente: La Nación
Más de 300 familias se sumaron a un pacto colectivo para retrasar el primer smartphone hasta los 13 años y el acceso a redes sociales hasta los 16, una reacción organizada ante el impacto de la tecnología en la infancia.
Un pacto que crece entre comunidades educativas
Lo que comenzó como una conversación entre 16 padres del colegio San Nicolás, en Chacras de Coria (Mendoza), se transformó en pocos días en un movimiento masivo. El llamado Pacto Parental propone retrasar la entrega del primer teléfono inteligente y limitar el uso de redes sociales en preadolescentes.
La iniciativa se expandió rápidamente: familias de Córdoba y de la provincia de Buenos Aires se sumaron al acuerdo, impulsadas por la misma preocupación recurrente en muchas casas: cómo impacta el uso temprano de dispositivos en la salud emocional, cognitiva y social de los chicos.
Según los padres organizadores, el punto clave es el carácter colectivo del pacto. La protección se vuelve más sostenible cuando se toma de manera conjunta, evitando que un niño quede “afuera” de su grupo si su familia decide no entregarle un smartphone antes que los demás.
Por qué 13 años: qué dice la evidencia científica
El límite etario no fue elegido al azar. Los promotores del pacto se apoyan en investigaciones difundidas internacionalmente por el psicólogo social Jonathan Haidt, autor de Generación Ansiosa (2024), quien recopila evidencia sobre cómo el acceso temprano a pantallas, notificaciones constantes y redes sociales afecta a la corteza prefrontal, clave para el autocontrol, la atención y la regulación emocional.
Haidt sostiene que la exposición prematura a la dopamina que generan las notificaciones -sumada al uso intensivo de redes- está asociada a un aumento de ansiedad, problemas de atención, trastornos del sueño y conflictos sociales en niños y preadolescentes.
Los directivos del colegio confirman que estos fenómenos ya eran visibles en la institución:
- Distracciones persistentes en clase.
- Menor interacción en los recreos.
- Conflictos vinculados a grupos de chat y redes sociales.
- Aumento de episodios de ansiedad, especialmente en los últimos cursos de primaria.
Medidas escolares y cambios familiares
El colegio San Nicolás había implementado reglas previas, como retirar los teléfonos al ingresar al aula. Sin embargo, los problemas continuaron fuera de ese horario. Ante esta realidad, la propuesta de las familias fue recibida con entusiasmo por la dirección, que anunció para 2026 asistencia obligatoria con el celular apagado en secundaria. En primaria, el uso ya estaba prohibido.
La iniciativa también expuso un desafío paralelo: los hábitos digitales de los adultos. Varios padres reconocieron que acompañar el pacto implica revisar su propio uso del teléfono y modelar conductas saludables en casa.
Testimonios: voces de padres y directivos
Los testimonios fueron un eje de esta noticia.
El impulso inicial
“Los padres nos habíamos desentendido de algunos aspectos de la crianza. La idea es volver a hacernos cargo”, resume Ignacio Castro, padre de dos adolescentes y creador del movimiento. “Cuando vimos cuántos padres se sumaban, dijimos: ‘Claramente tocamos una fibra sensible’”.
Castro cuenta que su hijo de 11 años recibía 150 notificaciones diarias: “Una inyección permanente de dopamina. Ahí entendí que le habíamos dado una herramienta que no podía manejar solo”.
La visión del colegio
“Me da optimismo”, afirma Ramiro Pontis Sarmiento, director de secundaria. “Los chicos pasaban los recreos sin hablarse, sentados mirando el celular. Y las redes generaban conflictos constantes, sobre todo entre las chicas”.
Las dificultades del cambio
Castro narra el momento de retirar el smartphone a su hijo: “Hubo llanto y enojo. Es durísimo. Pero en minutos estaba jugando afuera”. Poco después, su hijo pidió un libro para un viaje en avión. “Me hizo pensar cuánto habíamos anestesiado a nuestros hijos”.
El desafío para los adultos
“El primer argumento de mi hijo fue: ‘Vos también estás mucho con el teléfono’. Y tenía razón”, admite Castro. “Esto nos obliga a revisarnos”.
Recursos complementarios
- Childhood in a Digital World: Screen time, digital skills and mental health, UNICEF.
- Infancia, adolescencia y bienestar digital, UNICEF España.
- Screen Time Guidelines, American Academy of Pediatrics.
