Hacer una caja sensorial es una de las mejores decisiones que puedes tomar para potenciar el desarrollo de los bebés. Demasiadas veces me han dicho cosas como que «siendo tan pequeños no hacen nada». Lo peor de esta afirmación es que, muy a menudo, los padres lo descubren cuando el niño ya ha crecido, sin beneficiarse de recursos tan sencillísimos como este.
Te voy a contar cómo hacerla exactamente a tu gusto (y el de tu peque), con un paso a paso sencillo y algunos consejos para potenciar el desarrollo de tu hijo al máximo. Y como me gusta hacer las cosas bien, primero te cuento, cuáles son los beneficios de las cajas sensoriales para niños pequeños.
Beneficios caja sensorial bebés pequeños
No sé si te harás una idea o es algo totalmente desconocido pero, teniendo en cuenta las limitaciones de los bebés, estas cajas para los sentidos son de lo mejorcito. La cantidad de beneficios que tienen para su desarrollo es increíble. ¡Te los cuento!

- Estimulación sensorial. El beneficio más evidente y por el que la gran mayoría conoce y decide hacer una caja sensorial es la estimulación de los sentidos. Con meses de vida, el niño destaca por su capacidad sensorial siendo, a su vez, el aspecto que más puede desarrollar. Con esta cajita, bien diseñada, el bebé trabajará mucho el tacto, pero también la vista e incluso el oído.
- Desarrollo psicomotor. Al manipular objetos de diferentes tamaños y formas, como tocar un pañuelo de seda, apretar una esponja o cerrar el puño sobre una bola, el bebé fortalece los músculos de sus manos al tiempo que mejora su coordinación mano-ojo. Esto es fundamental para futuras habilidades como la escritura y el uso de cubiertos.
- Fomento de la curiosidad y la exploración. Una caja sensorial introduce al bebé a un mundo de texturas, sonidos y formas que puede explorar libremente. Esta exposición segura y controlada le permite investigar con sus sentidos, lo que sienta las bases para el aprendizaje y la resolución de problemas. Sin duda, mucho más interesante que dejarlo en su mecedora, ¿verdad?
- Calma y regulación emocional. Tocar texturas suaves y escuchar sonidos relajantes puede tener un efecto calmante en el bebé. La repetición de movimientos y la concentración en una actividad sensorial ayudan a regular su sistema nervioso, lo que es especialmente útil en momentos de sobreestimulación o frustración (es precisamente ese el motivo de que el rincón de la calma cuente con tantos recursos sensoriales).
- Habilidades lingüísticas. Puede que creas que es muy pequeño todavía, pero si ya has leído sobre las etapas del lenguaje, sabrás que el niño aprende desde que nace. Al interactuar con la caja sensorial, los padres pueden describir los objetos y sus propiedades («el pompón es suave», «la campana hace ‘tin'»). Esta asociación directa entre palabras y sensaciones enriquece el vocabulario del bebé y lo ayuda a conectar el lenguaje con el mundo que lo rodea.
- Refuerzo del vínculo. Ni qué decir tiene que estos momentos compartidos servirán para que la relación entre el niño y el adulto se diversifique y enriquezca. Tu pequeño se sentirá muy cómodo descubriendo nuevas situaciones llenas de afecto.
Paso a paso para hacer una caja sensorial para bebés de 6 meses
Una vez descubierta la capacidad de desarrollo sensorial para los niños tan fuerte que tiene esta sencillísima actividad, te explico cómo hacerla paso a paso y por muy poco dinero, ¡con muchas cosas que ya tienes en casa!
Paso 1: Elección de la caja
Comienza por escoger una caja adecuada para hacer una caja sensorial para el bebé; ¡no todas sirven!
Utiliza una caja de cartón grande (considera los centímetros de materiales en las paredes, un espacio agradable y el lugar que ocupa el niño en el centro) y firme, gruesa, sin bordes afilados. Es preferible que no le cortes los bordes precisamente porque la tijera puede dejar astillas de cartón y picos.
❗¿Sabías que una simple caja de cartón puede potenciar el desarrollo psicomotor?
Paso 2: Materiales sensoriales para estimular al bebé

Elige texturas y objetos adecuados a la edad del bebé. Estos deben ser:
- Materiales vivos y en colores llamativos. Usa recortes de fieltro, espuma gruesa, goma eva con purpurina, papeles crepé o cartulina blanda (¡estos últimos te aviso que durarán poco!).
- Pequeños juguetes blandos, suaves y seguros (sin partes pequeñas ni con riesgo de atragantamiento).
- Telas de diferentes texturas. Lo ideal es que las combinen para ofrecer contrastes.
- Objetos de materiales duros pero gentiles.
- Texturas contrastadas. No te olvides de introducir algunos elementos muy diferentes al resto y a lo que toca habitualmente. El bebé debe tener capacidad para tocar con seguridad y al tiempo le deben resultar gratificantes.
¿Quieres ideas de materiales para la caja sensorial para tu bebé?
- En cuanto a telas, combina terciopelo, algodón, fieltro, sedas ligeras… Puedes aprovechar alguna prenda que vayas a tirar, poner un pedazo de bayeta, algún recorte que tengas en la caja de la costura…
- Cose botones de diferentes tamaños, remaches y velcro a una tela.
- Pásate por la sección de juguetes para mascotas. Las cuerdas para arrastrar o los huesos de silicona son excelentes, y hay algunas cosillas más.
- Cadenas y tapones supondrán la diferencia entre tanta suavidad. Otras excelentes opciones son plástico de burbujas, láminas de acetato, cortina de hilo (o plástico), estropajo o un recorte de lija muy suave. Por supuesto, no puede faltar un espejo.
- El fieltro o la goma eva se pueden cortar como formas geométricas para que resulten más vistosos. Puedes cortar un churro de natación en secciones cilíndricas, cualquier material trenzado, como yute o lana gruesa (ya diseñado así o trenzado por ti para hacerlo diferente).
- Rellenar globos te ofrece opciones sin fin. Puedes meter lo que quieras y la goma del globo servirá de protección para que el pequeño no se dañe. En este caso, los alimentos hacen magia: pasta pequeña, copos o legumbres.
- ¿Quieres más cosas suaves? Borlas, cabezas de brochas de maquillaje, plumas grandes, collares de cotillón…
Paso 3: Montaje de la caja, segura y estimulante
Sería interesante que forrases la caja, ya sea con papel o con una tela suave, al menos en los bordes y en la zona de la base en la que el niño va a sentarse. Además de ser más estimulante, resulta más segura, por si hubiese algún canto peligroso por ahí.
Considera si retirarle las solapas superiores. Hacerlo tiene como pro que no resultará agobiante (aunque, lógicamente, la debes usar con las solapas abiertas). Como contra, no la puedes cerrar, algo que quizás te interese.
Paso 4: Disposición de los materiales
Una vez escogidos los materiales, piensa cómo disponerlos para que resulten más estimulantes. Lo ideal es crear secciones sensoriales dentro de la caja. Esto es, que los materiales queden ordenados por tipo y no mezclados.
Mantén siempre una zona acolchada y suave y otra más vibrante, con texturas menos gentiles. En conjunto, trata de ir manteniendo los colores, de manera que se ordenen, por ejemplo, según el arcoiris o con cualquier secuencia agradable a la vista.
Paso 5: Afianzamiento los materiales
¿Ya has creado composiciones armoniosas y enriquecedoras? ¡Toca colocar cada material, a la caja, de manera definitiva!
Asegúrate de que todos los elementos estén bien sujetos, evitando que el bebé los arranque con facilidad. Hay cosas que van a durar irremediablemente poco y que, de colocarlas, debes supervisar pero, para el resto, la idea es que no sea necesario tu control constante y que el niño disfrute de manera segura.

La cinta de doble cara (de alta calidad, por favor), la silicona caliente o la cola son adhesivos ideales. Sin embargo y como imaginarás, lo más importante es su compatibilidad con el material que quieres pegar y, ojo, con la superficie. Por ello, es importante que fijes cada cosa con el producto más adecuado.
Paso 6: Testeo
Una vez fijes todo, no lo toques. Deja la caja abierta, apoyada sobre su base, para que los pegamentos sequen. Imprescindible que la dejes en un lugar fresco y seco.
Mi consejo es que esperes 24 horas para probar la resistencia de los materiales, pues es el máximo que suelen tardar en secar. Ahora sólo tienes que tirar suavemente, en diferentes direcciones, de cada una de las cositas que pegaste. No es necesario dar tirones fortísimos, piensa que tu bebé no puede hacerlo.
Paso 7: Introducción gradual para el bebé
Tras hacer una caja sensorial, queda lo mejor, ¡ver al peque disfrutar!
Para que el niño no extrañe:
- Primero deja la caja en el suelo, volcada, de manera que él pueda ver, desde la parte abierta, todo lo que hay dentro.
- En tu regazo o sentados junto a él en el suelo, dale alguno de los materiales que se va a encontrar dentro, así los reconocerá y le será más cómodo.
- Usa juegos suaves de estimulación: acaricia distintas texturas, anima la exploración guiada de manos o pies. Los primeros ratitos en la caja deben ser compartidos. De este modo, además de no asustarse, la relacionará con el placer que siente a tu lado.
- Acompáñalo con música suave o canciones.
- Comenta descripciones sensoriales como: “¿Sientes esto tan blandito?”, “¡Mira ese color brillante!”.
- La primera vez que metas al bebé, hazlo después de un mínimo tiempo de contacto, aunque ya hayas hecho el día anterior todo lo que acabamos de ver.
- No te vayas las primeras veces; quédate cerca y a su vista, que tenga la seguridad de que puede contar contigo.
Consejos para hacer una caja sensorial para niños pequeños
¿Quieres un recurso de Sobresaliente? ¡Pincela la cajita sensorial de tu hijo considerando estos últimos consejos!
- Paredes intercambiables. Te he dado un montón de ideas de materiales para utilizar, tantos que usarlos todos a la vez no tendría sentido. Pero… puesto que este recurso es beneficioso durante muchos meses, ¿por qué no llegar a usar tantos como sea posible? Si diseñas paredes intercambiables (con el ancho y el alto de las paredes interiores, podrías ir cambiándolas a tu gusto y que el bebé no vea siempre lo mismo.

- Cose los adornos. Una manera diferente de fijar los materiales, prácticamente siempre más segura y que puedes considerar para muchos de ellos es, sencillamente, coserlos. Puede ser con hilo de tela, con hilo de pesca o con otros. Ten en cuenta que la superficie es cartón, de manera que «coser» es algo más amplio que aguja, hilo y ropa.
- Limpieza de la caja. No te olvides de limpiar el interior de la caja. Aunque no lo veamos, o «sólo la toque el bebé», el polvo se acumula y queda encerrado. Aunque variará en función de lo que haya dentro, la limpieza en seco, con paño o plumero es lo mejor. Después, usa un aspirador de mano para retirar el polvo de la base (si no tienes, simplemente limpia la caja boca abajo y déjala en esta posición para que las partículas caigan).
- Estimulación del oído. Termina de ponerle la guindilla lanzándote al agua y usando, también, algunos elementos sonoros. Una campana, un cascabel o un cojín de pedorretas son fáciles de encontrar.
- Seguridad ante todo.
- Asegura que todos los materiales sean no tóxicos y aptos para bebés, incluyendo el control de su tamaño o de sus partes así como las piezas que, naturalmente, se suelten.
- Coloca la caja sobre una superficie anti-deslizante, como una manta gruesa o una esterilla.
- Supervisa siempre al peque mientras juega en la caja.
Preguntas frecuentes a la hora de hacer una caja sensorial
Tras todo lo que has leído, te darás cuenta de que la caja sensorial es un recurso muy valioso que puedes crear con tus propias manos y con un presupuesto muy bajo. ¡La capacidad de crecimiento y los momentos de diversión, aprendizaje y conexión que te regalará no tienen precio!
¿Te animas a crear una para tu peque? Cuéntanos qué materiales usarías y cuál de los consejos te ha parecido más útil.
👉Lectura recomendada: Los sentidos en los bebés (teoría básica)