Durante los primeros meses de vida, el sentido que más podemos estimular en un niño es el tacto. Piensa que todavía no tiene la capacidad de sostener la cabeza o erguir su tronco, su sistema olfativo es muy sensible, no puede explorar alimentos nuevos… Realmente estamos bastante limitados en las maneras de estimularle.
Pero hay algo que sí está completamente disponible: su piel. El contacto físico es nuestra primera gran vía de aprendizaje, desarrollo y conexión. Así que si quieres aprovechar esta etapa para ayudarle, estimular su curiosidad y también reforzar vuestro vínculo… aquí tienes unas cuantas ideas de texturas para que toque el bebé.
Increíbles ideas de texturas para que toque el bebé
Te voy a dar algunas pinceladas que incluyen ideas más originales, caseras, otras más clásicas y un poquitín de información sobre las texturas para que toque el bebé, distinguiendo según su edad.
Hasta los 4 meses
Hasta los 4 meses, y especialmente al inicio, el tacto del bebé se trabajará en base a lo que tú pongas a su alcance. Así, tendrás que dedicar bastante tiempo en especifico para ello y ser tú quien pose o frote los artículos sobre la piel de tu hijo.
¿Con qué puedes ir probando? Tienes montones de cosas a tu disposición en casa y puede que ni se te haya pasado por la cabeza.
- Su propia manta polar.
- Su muselina.
- Discos de algodón. Al principio no hay problema pero alrededor de los 4 meses, si el niño se lleva cosas a la boca, no lo dejes sólo con estos discos ni con algodón en ningún formato, pues lo puede tragar.
- Gasas.
- Papel de aluminio en la pared (cuando empiece a patalear).
- Manoplas de felpa.

- Cepillos.
- Plumas grandes.
- Retales de tela de diferentes texturas (pana, seda, lino…).
- Muñecos de tela.
- Guirlandas con pompones, lanas, cintas…
- En cualquier caso, también hay diseñados expresamente juguetes con texturas, como libros de tela, alfombras de juego o láminas (por si buscas algo más especifico para niños).
En cualquier caso, todo debe estar muy limpio, suave y sencillo para manipular.
Además, aprovecha cualquier interacción con él, como la hora de la comida, el baño, el porteo e incluso cada cambio de pañal para acariciar sus manitas, ponerlas en tu cara, tu pelo o tu seno, hacerle cosquillitas en la cintura o ponerle cremita.
Mención distinguida merece el masaje infantil, esencial durante los primeros meses de vida. Entre sus muchos beneficios, la posibilidad de usar crema, gel o aceite a unas y otras temperaturas y el hecho de ejercer más y menos presión, caricias o golpecitos con las yemas, ayudarán a desarrollar el sentido del tacto en el bebé.
Texturas para que toque el bebé hasta los 12 meses
A partir de los 4 meses, con el niño ya espabilado, lo puedes hacer más partícipe y dejar cosas a su alcance que él mismo tocará por curiosidad y placer. Además, puedes introducir materiales más duros y con mayor contraste térmico, es decir, avanzar un poco más.
Primeramente, saber que mantenemos o modificamos opciones como las alfombras de juego, los libros, los muñecos y cualquier otro recurso que veas que sigue utilizando con interés o con amor.
Aclarado esto, aparecen opciones de texturas para que toque el bebé como:
- Arena mágica en recipientes para introducir los dedos. Puedes hacer una versión casera con engrudo; ¡así de simple!

- Bolsas sensoriales. En una bolsa hermética introduces objetos con relieve y crema o gel, cierras con seguridad y el niño se volverá loco aplastándola.
- Bolsas de frío y calor. Ofrécele tocar compresas de gel frío de las usadas para evitar inflamaciones y bolsas de silicona para calentar con agua (o una manta eléctrica).
- Sonajeros y mordedores de silicona, goma y plástico (que se pueda enfriar).
- Globos rellenos. Parecido pero diferente, un globo lleno con ese mismo engrudo o con legumbres podrá ser aplastado.
- Alfombra casera con piezas gruesas. A un retal o alfombra elementos como cadenas, cintas, cordones, cuerdas… Ponlos todos en una misma posición, bien estirados a todo lo largo, bien en espiral.
- Esponjas. Las hay muy suaves (para recién nacidos), exfoliantes, de poro, naturales, de tela, de maquillaje… Dáselas sueltas para que las estruje o bien pegadas en una plancha plástica pequeña, para que la manipule mientras está boca abajo.
- Libros de texturas. A los de tela sumamos los de cartón (grueso), que incluirán texturas más ásperas y con otros materiales.
- Su propia comida. La mejor manera de que el niño interiorice la alimentación como algo placentero y positivo es reconociéndola tanto como pueda. Déjale meter la mamo en el triturado, apuesta por el BLW (aunque sea parcialmente), enseña cómo es la comida antes de hacerla para que la toquetee (y huela).
A partir de los 12 meses
Volveremos a modificar recursos para adecuarlos a las ganas y capacidad de manipular del peque a esta edad. Por ejemplo, ahora podemos colocar las legumbres en cajas en lugar de globos.
Cumplido el año, el niño debe seguir trabajando con las texturas, si bien, se hará ya de manera más indirecta. Las incluiremos en juguetes con otros objetivos para abordar su desarrollo desde varios flancos a la vez.
A esta edad el niño empieza a apilar. Dale bloques de apilamiento pero de diferentes texturas, así, de paso, compara. Por ejemplo, unos cubos de silicona con relieve (dibujos, números…), de gomaespuma y otros bloques clásicos de construcción (tipo LEGO). De este modo, se enfoca en el aprendizaje que corresponde a su edad al tiempo que se sigue enriqueciendo el desarrollo del tacto (mucho mejor que si fuesen piezas lisas de plástico, ¿no crees?).
Podemos introducir:
- Libros didácticos. Los libros con texturas ahora también serán temáticos y ofrecerán algún tipo de información para que podamos ir hablando al peque y explicándole cositas. Por ejemplo, las texturas se corresponderán con escamas, pelo, branquias y otros relieves de animales.
- Pintura de dedos comestible. ¡No puede ser más divertida y estimulante!

- Apuesta por bolas sensoriales (moteadas y ralladas) para hacerle los masajes. Serán más enérgicos, divertidos y puedes aprovechar para que el niño sea partícipe, eligiendo las bolas que prefiere, por ejemplo. Por supuesto, puede usarlas para jugar con ellas.
- Cubos de gelatina. Curiosos, fresquitos y listos para comer.
- Guantes de diferentes materiales. De nuevo, tienes satén, seda, lana, pana, plástico…
Consejos finales al trabajar con texturas para que toque el bebé
Por último, quiero destacar unas cosillas que, aunque evidentes, siempre está bien recordar.
- Las primeras semanas, ten mucho cuidado a la hora de acercarle estos recursos al peque. Piensa que está totalmente indefenso y demasiado estímulo, movimientos rápidos o cambios bruscos en cualquier aspecto se pueden sentir como agresiones, asustándose.
- Ofrece una textura nueva por vez. Los sobreestímulos no siempre son positivos y, tan pequeñitos, mejor conocer y reconocer las cosas una a una.
- Tanto como puedas, trabaja el tacto del niño mientras pasa tiempo boca abajo. Esto es muy importante para él (te lo digo yo que comencé muy tarde y sufrí las consecuencias). Hay muchas cositas que puedes ofrecerle en esta postura exactamente igual que en otra y es mejor para su desarrollo.
- Supervisa siempre las sesiones hasta que el niño sea mayor, capaz y ya conozca a la perfección los objetos que le das. En algunos casos, no podrás dejarlo nunca. Es muy importante que veas cómo se comporta con cada recurso para saber qué puede ocurrir.
- Esto también servirá para que vayas reconociendo su interés y cambies, cuando consideres, de juguetes o piezas.
- En función de esto, nunca le obligues a manipular objetos que no le gusten. Simplemente déjalos a su alcance y puede que, en otra sesión, se anime a tocarlos por sí mismo.
Preguntas frecuentes sobre texturas para estimular el sentido del tacto del bebé
El desarrollo del sentido del tacto es toda una experiencia para los más pequeños. ¡No dudes en hacerte con estas ideas de texturas para que toque el bebé y disfruta con él!