Aunque más o menos todos entendemos hasta qué punto debemos cuidar este aspecto, quiero hacer inciso en la importancia de la higiene en la salud del bebé precisamente por eso, porque es un elemento muy relacionado con la salud, no es un capricho.
¿Qué es la higiene?
Como concepto, definimos higiene como:
«Conjunto de medidas que estudian las condiciones de factores personales y/o ambientales que influyen en la salud que favorecen la aparición y difusión de enfermedades«.
La importancia de la higiene radica, pues, en su finalidad, que es la de proteger al organismo de agentes infecciosos o tóxicos. Con ello, evidentemente, se contribuye a la mejora del bienestar.
Vertientes: importancia de la higiene por sus diferentes aspectos
Tipos de higiene
Tenemos higiene de dos tipos: ambiental y personal.
- Higiene ambiental

Hace referencia a aspectos que, obviamente, influyen en el bienestar del pequeño pero cuyo foco queda fuera de la propia persona. Hablo del orden de las cosas (materiales), lo que aporta seguridad, autonomía, rapidez y soltura, etc., la limpieza y desinfección del entorno, que debe quedar lo más libre de tóxicos.
- Higiene personal
En cuanto a la higiene personal, la definimos como
«Serie de medidas encaminadas a la conservación y funcionamiento de la integridad de las funciones del organismo (mejorando la salud o, como poco, tratando de evitar enfermedades)».
Forma parte de los usos y costumbres y la forma de satisfacción es diferente según cada cultura.
En este punto se incluyen el aseo corporal, que a su vez se completa con el triunvirato de baño del recién nacido/baño del bebé, acicalado y cambio de pañal, y el arreglo personal (vestido y calzado).
Satisfacción de la higiene del niño
Una manera en la que nos damos cuenta de cuál es la importancia de la higiene para un pequeño es cómo se satisface. Y es que es un aspecto complicado en el que el adulto debe trabajar de manera dominante durante bastante tiempo, siendo las consecuencias de no hacerlo adecuadamente, totalmente irreparables en muchos casos. Para que un niño sea totalmente autónomo al respecto deben pasar años.
- Adulto
Cuando hablo de adultos no me refiero simplemente al papá o la mamá, el que bañe al pequeño (que seguramente sea la primera imagen que nos viene a la cabeza cuando hablamos de higiene infantil).

Hay que tener en cuenta la familia, que incluye a los adultos que los padres permiten que realicen las actividades de satisfacción de la higiene. Lo ideal es que estas se lleven a cabo por el menor número de personas y que todas conozcan y respeten las normas que los padres desean para que se trate algo tan íntimo de su pequeño.
Por otro lado está la escuela. En una escuela infantil, escuela de día, guardería o similar, toda persona que se encargue de la higiene de un niño debe ser profesional reglado. Esto es:
- Debe conocer cómo se realiza, a la perfección, cada actividad.
- A su vez, debe tener conocimiento de las patologías y alteraciones a evitar o tratar mediante la higiene.
- Por supuesto, será capaz de hacer evaluaciones sobre el pequeño.
- También debe saber informar y asesorar a los padres diariamente.
- Niño
El niño debe adquirir una serie de hábitos. Para ello el adulto debe actuar primeramente, primero en la satisfacción y, después, en la enseñanza al pequeño para que, poco a poco, se vuelva autónomo). Estos incluyen el lavado, la forma de sonarse, estornudar y sonarse y el control de esfínteres.
De todos ellos, por supuesto, iré hablando en otros artículos que etiquetaré en este punto para que puedas hacer una lectura profunda al respecto.

Alteraciones y trastornos
Finalmente, existen una serie de alteraciones y trastornos que están íntimamente relacionados con una higiene eficiente o insuficiente. Obviamente, los hay de todos los grados pero es importante saber que todos son un perjuicio para el pequeño, que deben evitarse y/o tratarse a la mayor brevedad y que pueden derivar en problemas, algunos de ellos, MUY graves.
Estas son las aftas-muguet, la candidiasis, la helmintiasis, la pediculosis, las caries, la enuresis y la encopresis, patologías que aparecen en la infancia pero también durante la lactancia. Por supuesto, iré hablando largo y tendido de todas ellas y, de nuevo, enlazaré los artículos aquí mismo.
Influencia
En cuanto a la influencia que tiene la higiene tanto para el peque como para el adulto ya hemos dicho, y es evidente, que contribuye a la salud, pues evita infecciones y otras enfermedades.
Sin embargo, la cosa no queda ahí. El bienestar físico queda favorecido, por supuesto, pero hay que recordar que también se satisfacen las necesidades emocionales y afectivas al tiempo que se ofrecen momentos de caricias, mimos y juegos.
Considerando todo lo anterior, entonces, ¿hasta dónde dirías que llega la importancia de la higiene en la salud del bebé? Y más aún, ¿cómo de importante crees que es que te tomes todo el tiempo necesario en conocer cada detalle para asearle y enseñarle cómo hacerlo?