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👉 Fuente: El País
Educadores y organizaciones advierten que el aumento del alumnado que requiere apoyo supera con creces los recursos disponibles en los centros escolares.
Un desequilibrio cada vez más grave
Un informe reciente revela que el número de estudiantes con necesidades de apoyo educativo ha crecido mucho más rápido que la inversión para atenderles. Según expertos, esto provoca una sobrecarga en los profesionales educativos, que se ven desbordados por la falta de recursos y tiempo para ofrecer un acompañamiento adecuado.
La salud mental como prioridad educativa
El incremento de alumnos con problemas emocionales o de aprendizaje ha reabierto el debate sobre la necesidad de reforzar los programas de salud mental en las escuelas. No basta con detectar necesidades académicas: es clave contar con orientadores, psicólogos escolares y planes de bienestar emocional.
Consecuencias para familias y alumnos
Para las familias, esta situación puede generar frustración, inseguridad y desigualdad, ya que no todos los niños reciben el apoyo que necesitan. Para los propios estudiantes, la falta de atención puede traducirse en abandono escolar, ansiedad o bajo rendimiento.
Los expertos llaman a políticas educativas que incluyan la salud mental como parte del currículo escolar.
¿Qué se puede hacer?
- Invertir más en personal especializado (psicólogos, orientadores) en centros educativos.
- Implementar programas regulares de bienestar emocional dentro de la escuela.
- Capacitar a docentes para detectar señales tempranas de sufrimiento psicológico.
- Promover la colaboración entre escuelas, familias y servicios sanitarios.
