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👉 Fuente: Academia Americana de Oftalmología / JAMA Ophthalmology
La miopía infantil se ha duplicado en una generación y la culpa no es solo de las pantallas, sino de la falta de sol. Nuevas investigaciones señalan que la dopamina retiniana, liberada por la luz natural, es el freno biológico que impide que el ojo crezca de forma anómala.
Para el año 2050, se estima que la mitad de la población mundial será miope. Si bien el trabajo de cerca (leer, usar móviles) es un factor de riesgo, la evidencia científica más reciente apunta a un culpable mayor: el confinamiento en interiores.
La luz solar como medicina preventiva
El ojo humano crece rápidamente durante la infancia. Si crece demasiado «a lo largo», la luz no enfoca en la retina, causando miopía. El mecanismo que controla este crecimiento depende de la dopamina, un neurotransmisor que se libera en la retina únicamente en presencia de luz brillante (luz solar).
La iluminación artificial de una clase o una casa no tiene la intensidad suficiente (lux) para activar este mecanismo, con lo que la luz natural se vuelve absolutamente necesaria.
La regla del «20-20-2»
Los especialistas están actualizando sus recomendaciones. Ya no basta con descansar la vista de las pantallas (la regla 20-20-20); ahora se promueve una estrategia de estilo de vida:
- Tiempo al aire libre. Se recomienda un mínimo de 120 minutos (2 horas) al día en exteriores con luz natural para reducir el riesgo de aparición de miopía.
- Distancia de trabajo. Mantener libros y pantallas a más de 30-40 cm de los ojos.
- Revisiones precoces. Detectar la miopía a tiempo permite usar tratamientos de control (como colirios de atropina o lentes especiales) que frenan su progresión.
