👉 Fuente: Economic Times
El país busca atraer talento joven y fortalecer la educación global con medidas que equilibran estudio y trabajo.
El gobierno de Nueva Zelanda ha aprobado una medida que permite a los estudiantes internacionales trabajar hasta 25 horas semanales durante el periodo académico. La reforma, parte del plan International Education Going for Growth, busca fortalecer el atractivo del país como destino educativo y reducir la dependencia económica de los jóvenes.
Una oportunidad para aprender más allá del aula
Esta medida pretende fomentar el aprendizaje experiencial: combinar estudio y trabajo como parte de una formación integral. Desde la pedagogía, se vincula con el concepto de “aprendizaje situado” (Lave y Wenger, 1991), donde el conocimiento se adquiere en contextos reales y sociales.
Formación y empleabilidad
El modelo refuerza el desarrollo de competencias transversales -autonomía, gestión del tiempo, comunicación intercultural-, alineándose con las competencias clave promovidas por la OCDE y la Comisión Europea. Además, favorece la integración social de los estudiantes internacionales, reduciendo la brecha cultural y laboral.
Implicaciones educativas
El equilibrio entre trabajo y estudio plantea también la necesidad de programas universitarios más flexibles y de tutorización activa. Las universidades neozelandesas comienzan a diseñar currículos adaptativos, donde las experiencias laborales cuentan como créditos formativos.
Recursos y metodologías complementarias:
- Learning by Doing: The Situated Learning Theory, Lave & Wenger.
- OECD Skills Strategy 2025, OECD.
