En efecto, la papilla de cereales será el primer alimento (aunque lo demos molido, claro) que tu pequeño tomará exceptuando la leche.
¿Por qué empezar con la papilla de cereales?
Son varios los motivos que hacen que este sea el alimento con el que comenzar el calendario de alimentación complementaria, pero, sobre todo, que ni se te ocurra comenzar probando con cualquier otro.
- Los cereales son muy ricos en hidratos de carbono. Aunque no tan completa como la de la leche, su composición es bastante rica a la vez que adecuada, incluyendo una buena dosis de carbohidratos. Y es que estos se van volviendo cada vez más importantes, especialmente cuando el bebé deja de estar prácticamente quieto y empieza a gastar un pelín más de energía al mantenerse sentado, etc. Si te das cuenta, una dieta que incluye entreno propone la toma de hidratos de carbono de alta calidad antes de la actividad; no hay que huir de ellos.
- Los cereales también son saciantes. Son una muy buena manera de no dar más alimento del necesario al tiempo que cubrimos esa nueva necesidad de ingesta calórica. Esto ayudará también a que se puedan distanciar las tomas.
- A su vez y aunque no lo parezca, también son bastante hidratantes. De este modo, atendemos la necesidad de hidratación del pequeño, la cual aumenta al volverse más activo y al darle menos leche.

- A los preparados de cereales se les puede excluir el gluten fácilmente. Esto es esencial cuando estamos introduciendo alimentos en un organismo con un sistema inmune aún por madurar y que, puede, por tanto, presentar reacciones. Obviando esto, es casi imposible que los cereales que se escogen para las papillas infantiles provoquen alergias u otra intolerancia.
- Su composición suave es la única adecuada y fácil de trabajar para un aparato digestivo que no ha conocido otro alimento antes más que la leche.
De todo lo anterior deducimos que otros alimentos pueden resultar poco adecuados a nivel nutricional, agresivos (demasiado fuertes) y producir alergias además de ser difíciles de digerir (incluso triturados). Así, se deben descartar e ir introduciéndose respetando el calendario y siempre y cuando el niño esté respondiendo bien a cada novedad.
Consideraciones e indicaciones para dar de comer el porridge de cereal
Ahora que ya sabes con seguridad qué debes darle a tu peque, es hora de averiguar cómo así como esos pequeños detalles que siempre viene bien conocer.
- Los primeros cereales a introducir en la alimentación del niño deben ser sin gluten. Como hemos dicho, el niño podría presentar una intolerancia tanto porque aún es muy inmaduro en todos los aspectos como porque sea intolerante sin más (algo que se favorece, dicho sea de paso, si damos gluten a destiempo).
- A su vez, los primeros cereales de su papilla deberán ser hidrolizados. Estos se digieren disuelven mejor que los dextrinados, aunque es cierto que tienen menos sabor, pero son los que el niño podrá tomar sin dificultad.
- La tercera característica que debes considerar es si llevan leche o no. En el mercado hay de ambos tipos pero como consejo, comienza con los que no la llevan. De este modo podrás seguir dándole leche materna o la leche en polvo adecuada.

- Considerando la edad y las capacidades del bebé, lo ideal es que le des esta comida cuando aún no sepa comer con cuchara. Así, deberás darle la papilla integrada en el biberón.
- Suponiendo que hayas escogido los cereales sin leche. Debes preparar la leche como harías normalmente.
- Si le estás dando pecho deberás sacar la cantidad necesaria con un sacaleches e introducirla en el bibe.
- Si le das fórmula, haz la preparación como siempre, con agua y los cacitos de leche en polvo que le correspondan a la toma según la edad.
- En caso de optar por cereales lacteados, debes prepararlos agregando agua y no leche o el aporte calórico y de hidratos será altísimo.
- Una vez tengas la leche o el agua, hierve.
- Cuando deje de hervir añade un par de cacitos de preparado de cereal.
- Mezcla a conciencia para obtener una papilla totalmente homogénea.
- Puedes calentar un pelín la papilla si lo deseas pero muy poco. No hay problema alguno con darla a temperatura ambiente, especialmente en los meses cálidos.
- Suponiendo que hayas escogido los cereales sin leche. Debes preparar la leche como harías normalmente.
- Una vez que el niño tolere bien la mezcla, prepara un biberón añadiendo un cacito más de cereales para ir haciéndola más sólida. Esto ocurrirá paulatinamente hasta llegar a la proporción recomendada por el fabricante (6 o 7 cacitos por toma).
- Obviamente, necesitarás cambiar de tetina (o incluso de biberón si este es mu pequeño) para que la papilla salga sin esfuerzo. Esto es algo esencial sobre el uso del biberón.
- A partir del quinto mes (suponiendo que ya coma densito) en lugar de añadir un poco de cereal a cada toma deberás pasar todo a una toma única que se dará, de preferencia, en la mañana o en la noche (es un recurso excelente para ayudar a que el peque duerma bien).
- Las tomas se irán espaciando debido al mayor aporte energético del cereal y su lentitud para absorberse. Lo habitual es que el niño de por sí no pida comida hasta más tarde pero debes vigilar esto, pues si le sigues dando la misma cantidad de tomas pero añadiendo cereal caerá en sobrepeso.
- Cuando el bebé ya coma en tarro y cuchara sin dificultad y la papilla de cereales sea bastante grumosa podrás introducir los cereales dextrinados. No te preocupes porque, a pesar de ser más dulces, no tienen azúcares.
- Si haces más papilla de la que el niño debe tomar, podrás utilizarla hasta 48 horas después.
- Nunca guardes los restos si se han servido al bebé, pues estarán llenos de bacterias.
- Una vez el niño tome este porridge deberá comenzar a tomar agua.