La ciencia y la educación avanzan que es un gusto, sobre todo si consideramos lo diferente que puede llegar a ser un embarazo actual a uno de hace 30 años, por ejemplo. Ahora tenemos mucho más control sobre todo, información más detallada y recursos para todo aquello que se te pueda imaginar. Uno de ellos es la prueba POSSE, el famoso -o no tanto- test estresante.
¿Qué es la prueba POSSE?
También llamada prueba de estrés o test de oxitocina, la prueba POSSE, permite conocer, cómo se encuentra el feto de cara al parto, es decir, si soporta bien las contracciones y demás trabajo de la madre. La medición es de la frecuencia cardiaca del pequeño mediante monitorización.
¿Cómo se realiza?
Lo que se hace exactamente es estimular las contracciones del útero mediante la administración de oxitocina de origen sintético. Este se coloca con gotero y la velocidad a la que entra en tu organismo va aumentando para que el ritmo de las contracciones haga lo propio.
Este medicamente se desarrolla expresamente para inducir el parto o para mejorar la dilatación del cuello del útero en las contracciones aunque el parto se lleve a cabo en el momento idóneo si así se precisa.

¿Cómo se interpreta la prueba de estrés?
Los resultados del test son claros, existiendo tres posibilidades.
- Test negativo. El feto no presenta desaceleraciones tardías. Por seguridad, la prueba se vuelve a realizar una semana más tarde.
- Test sin conclusión. Hay algunas desaceleraciones tardías o se dan desaceleraciones variables. El test vuelve a hacerse un día más tarde y se pueden implementar otros para conocer mejor el bienestar del feto.
- Test positivo. En más del 50% de las ocasiones se han dado desaceleraciones tardías. Lo más común es que se decida finalizar la gestación si el feto ha madurado completamente induciendo el parto o practicando una cesárea.
¿Qué riesgos existen al realizarse la prueba POSSE?
No debes preocuparte por la administración de la oxitocina si el cometido con el que se hace es el adecuado (como sería el caso que nos ocupa). No muestra ningún efecto adverso grave más allá del lógico malestar que puedas sentir con las contracciones que se producen y de una posible retención de líquidos muy temporal, algo que sucede muy excepcionalmente y a lo que, desgraciadamente, ya estarás acostumbrada.
Para el feto, saber que puede reducirse la cantidad de oxígeno que recibe. Esto está monitoreado en todo momento y revertir la situación sólo supone que paremos la administración del fármaco. En cualquier caso, dicha falta no se debe al fármaco en sí sino a que el feto no soporta adecuadamente las contracciones, de manera que este sería uno de los resultados posibles del objetivo con el que se realiza la prueba.
De esto desprendemos que es esencial, si el ginecólogo lo considera, realizar el POSSE, de cara a actuar desde ese mismo momento y, por supuesto, cuando estés próxima a dar a luz, pudiendo, incluso, llegar a requerirse la cirugía cesárea.