👉Fuente: OMS
La mortalidad materna ha sido un indicador clave del desarrollo sanitario y social a nivel global. Entre 2000 y 2023, los esfuerzos internacionales consiguieron reducir las muertes relacionadas con el parto en un 40 %. Sin embargo, recientes recortes en la ayuda humanitaria internacional amenazan con revertir estos logros.
Impacto en madres y recién nacidos
La disminución de fondos afecta directamente a programas esenciales: formación de parteras, suministro de medicación y equipamiento, acceso a revisiones prenatales y campañas de vacunación. Esto no solo pone en riesgo a las madres durante el parto, sino también a los recién nacidos, aumentando la mortalidad infantil y dificultando un inicio saludable en la vida.
Como siempre, los países con sistemas de salud frágiles son los más vulnerables, amplificando desigualdades existentes.
Qué significa para familias y comunidades
Para padres, educadores y defensores de la salud infantil, este retroceso subraya que los avances en bienestar materno-infantil no son automáticos ni permanentes.
La participación comunitaria, la defensa de políticas públicas sólidas y la colaboración con organizaciones de salud son esenciales para proteger tanto a madres como a niños.
Además, mantener hábitos saludables durante el embarazo y la crianza temprana sigue siendo crucial para reducir riesgos individuales, incluso en contextos de crisis.
Llamado a la acción y educación
Es importante que la educación sobre salud materna y neonatal llegue a todas las familias, para que comprendan la importancia de controles prenatales, lactancia, vacunación y nutrición equilibrada.
Las escuelas, centros de salud y medios de comunicación pueden jugar un papel clave difundiendo información fiable y fomentando la sensibilización sobre derechos de salud y equidad.
Recursos y metodologías complementarias
- Informe sobre tendencias de la mortalidad materna, Organización Mundial de la Salud.
- Agenda para la inversión en salud materna moderna, Naciones Unidas.
