👉 Fuente: El Diario
Diversas comunidades autónomas, siguiendo la estela de Cataluña, confirman la prohibición del uso de dispositivos móviles en la mayoría de las etapas educativas, en un intento de mejorar la concentración y atajar el ciberacoso, aunque el debate sobre la competencia digital sigue abierto.
La preocupación por la distracción en el aula y los efectos de las redes sociales en la salud mental de los jóvenes ha impulsado una ola de restricciones al uso de teléfonos móviles en los colegios e institutos.
La medida más reciente y sonada ha sido la de Cataluña, que ha prohibido su uso en todas las etapas, incluida la Educación Primaria. Esta decisión subraya un cambio de mentalidad, priorizando la salud psicológica y la interacción social directa sobre el acceso incontrolado a la tecnología durante el horario escolar.
Argumentos a favor: foco y bienestar
Los defensores de la prohibición señalan que la ausencia de móviles reduce significativamente las interrupciones en clase, lo que favorece la concentración profunda y, en consecuencia, el rendimiento académico. Además, la limitación del acceso a las redes sociales durante el día lectivo es una herramienta clave para prevenir el acoso escolar y el ciberacoso.
Un estudio reciente de la OCDE ha sugerido una correlación entre el tiempo de pantalla y la disminución del bienestar emocional, especialmente en adolescentes. Para los pequeaprendices de Infantil y Primaria, la medida es aún más clara, ya que el móvil puede interferir con la adquisición de habilidades sociales y motoras esenciales.
Crianza y el desafío de la competencia digital
La política educativa se ve obligada a equilibrar la protección del menor con la necesidad de prepararlo para un mundo digital. Algunos expertos y docentes argumentan que la prohibición total, sin un plan de alfabetización digital estructurado, podría resultar contraproducente. La competencia digital es una habilidad clave del siglo XXI y requiere ser enseñada y practicada de forma segura y crítica.
El reto de la crianza reside ahora en el hogar. Los padres y educadores deben enseñar a los niños no solo a usar la tecnología, sino a autorregular su consumo y a diferenciar entre el uso instrumental (para aprender o crear) y el uso pasivo (para consumir contenido).
Un buen modelo parental y el establecimiento de límites claros y consensuados son esenciales para que la restricción en el centro educativo sea efectiva en el desarrollo integral del niño.
Recursos y metodologías complementarias
- PISA 2022: Análisis de Tecnología Digital en Educación, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
- Guía de uso seguro de Internet y tecnologías por menores, Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE).
