El sacaleches es uno de los aparatos que menos éxito tiene durante el proceso de maternidad, sin embargo, todos lo usamos. ¿Por qué? Te cuento qué es exactamente, por qué utilizarlo, cómo, cuándo y, lo que muchas mamis se preguntan, ¿es realmente necesario?
¿Qué es el sacaleches?
El sacaleches es un aparato utilizado para vaciar la mama de leche. Otros nombres por los que se le conoce son bomba de leche o extractor de leche.
Sus partes pueden variar en función del tipo y modelo pero la base es sencilla y lógica.
Siempre lo hemos visto manual pero desde hace ya años existen modelos eléctricos más o menos sofisticados.
- Embudo. Se acomoda al pecho.
- Recipiente. Es donde cae la leche y se guarda. Se parece al vaso del biberón.
- Mecanismo de extracción. Este es lo que presenta más diferencias, sobre todo si comparamos un sacaleches manual y otro eléctrico. Tiene una o varias mangueras, un tope para unificar el mecanismo, una válvula, un diafragma y, en caso de ser eléctrico, un motor con cable y los botones de control.
Uso
Vaciar el pecho de leche es sencillo pues, a fin de cuentas, lo que hay que hacer es, colocada y acoplada la copa sobre el pecho, apretar la zona de activación del mecanismo (o botón en caso de ser eléctrico).
Unos deben mantenerse, otros requieren de repetición… El mecanismo puede variar ligeramente pero, ya te digo, es fácil de usar, al fin y al cabo recrea un movimiento que un recién nacido es capaz de hacer, ¡no tiene misterio!
Mantenimiento
Ni qué decir tiene que este debe esterilizarse con los usos y la primera vez que vayas a usarlo.
Si no lo vas a hacer inmediatamente, desmonta por completo el sacaleches, lava las piezas por separado usando jabón neutro y agua tibia y sécalas por completo.

¿Necesitas un sacaleche?
Nos guste más o menos, lo cierto es que hay pocos casos en los que no vayas a necesitar usarlo en algún momento. Estos son:
- Que des leche de fórmula de manera muy puntual o que, directamente, no lo hagas. Aun así, si produces leche tendrás que usarlo en ocasiones hasta que dejes de hacerlo.
- Que no produzcas leche ni quieras llegar a hacerlo.
- Que tengas disponibilidad y capacidad total para amamantar a tu bebé.
Para el resto de casos, sí, es necesario su uso. ¿Por qué? Bueno, veamos qué nos ofrece, que no es poco.
Asegurar la toma
Pueden darse circunstancias por las que necesites dar una toma correcta con un buen tempo y sin contratiempos (valga la redundancia).
Por ejemplo, si no produces muchísima leche y no quieres tener al bebé mamando demasiado tiempo, durante las noches, que es más cómodo y fácil recurrir a un biberón con la medida exacta ya preparado, en lugares públicos donde no puedas asearte…
Escoger la temperatura de la leche
Aunque la temperatura de la leche cuando sale del pecho es perfecta para el niño puede que te apetezca darla un pelín más caliente o fresca (pocos grados, eso sí). También puede ser que sea el niño quien la rechace a la temperatura que sale.
El bebé no se engancha al pecho
Puede que tu hijo, por lo que sea, no se enganche bien al pecho, que no sepa succionar… Si, aun así, quieres que tome leche materna, tendrás que sacarla y probar a dársela en el biberón, que suele ser más fácil de tomar.
Sensibilidad en las mamas o en los pezones u otros problemas físicos
En muchas ocasiones, y aunque el pecho cambia para volverse menos sensible, puede que el acto de amamantar sea demasiado desagradable físicamente para ti. Si es el caso pero no quieres renunciar a la lactancia materna necesitarás sacarte la leche y darle al peque el bibe.
Aviso, el sacaleches también es molesto pero lo bueno es que tienes todo el tiempo del mundo para sacar la leche a tu ritmo, no te condiciona el ritmo del bebé. Además, respetas a este último pues si estás demasiado sensible puede que, además de pasarlo mal, retires al bebé, dificultando que coma hasta el punto, incluso, de que comience a ver el momento de alimentarse con el pecho como algo negativo.
Favorecer la producción de leche
Un uso espectacular del sacaleches pero en el que no caemos hasta que nos lo dicen es el de favorecer la producción.
La succión y el vaciado hacen que nuestro organismo detecte que «se ha tomado» la leche, que el bebé la está necesitando y, por ende, se pone a producir más para seguir alimentándolo.
¿Cuándo? Puede ser que des poca leche, que tu hijo necesite un poco más, que estés en un proceso de lactancia inducida…
Vaciar las mamas
Efectivamente, puede darse el caso contrario y que produzcas mucha leche o bien tu hijo no necesite tanta y que tu pecho no quede completamente vacío. Tanto por comodidad como por higiene deberás vaciarlos de leche.
Cuando queda leche en el pecho esta sale, manchará tu ropa y, si no la cambias rápido, llegará a oler. Además, la humedad agrieta los pezones, volviéndolos más sensibles y llegando, incluso, a sufrir dolor, lo que puede llevar, incluso, a causar rechazo.
Poder dar leche materna en cualquier sitio y momento
Puede que haya lugares en los que no te sientas cómoda dando el pecho o que, aunque no deba ser así, directamente no lo permitan. Llevar un bibe ya preparado te permite alimentar al bebé rápidamente estés donde estés.
Que otro adulto alimente al bebé con leche materna
Habrá ocasiones en las que no puedas dar tu el pecho o bien quiera hacerlo el papi, los abuelitos, los hermanos, etc. Si no quieres dar leche de fórmula no queda otra más que extraer tu propia leche para que sea otra persona quien se la dé al peque.
Por último, te dejo dos modelos de sacaleches muy sencillos (¡no hace falta más!), uno manual y otro eléctrico.

