Aunque durante estos meses la «hora de comer» es muy tranquila, es muy importante saber que se pueden dar algunos trastornos en la lactancia.
Es por ello que se deben conocer aspectos como son cómo dar el biberón y el pecho, cuáles son los diferentes tipos de lactancia y cuál elegir, cómo debe ser el biberón adecuado para tu hijo… De este modo, se podrán evitar o reducir en gravedad dichas patologías recién mencionadas y que veremos a continuación.
Los diferentes trastornos en la lactancia que se ven de manera habitual
Al detectar una alteración en el hábito alimentario se debe hacer un análisis para averiguar si el bebé (o el niño más adelante) ha sufrido algún conflicto emocional. De no ser el caso, es esencial pasar al descarte de problemas orgánicos para dar con el trastorno que está teniendo lugar, de manera que podamos tratarlo.
Falta de apetito
- Habitualmente obedece a un apetito caprichoso, venido a su vez por hábitos alimentarios mal ordenados.
- Otro motivo puede ser que la leche sea desagradable para el peque.
- El estómago está lleno (por tomar demasiada agua o por ingestas inadecuadas con demasiado aire).
- Forzar las tomas puede llevar a un rechazo y que el niño no quiera comer.
Trastornos en la lactancia: Regurgitación
Se trata del reflujo gastroesofágico. Se expulsa un poco de leche al eructar, habitualmente tras la toma.
Lo habitual es que desaparezca conforme el sistema digestivo va madurando por lo que no debe ser preocupante.
Sí se debe prestar atención si:
- Se dan muchas regurgitaciones a lo largo del día (dos por toma o más).
- El niño no gana peso con el transcurrir de las semanas.
- La patología se sigue dando conforme el niño ya es más mayorcito. A partir de los seis meses no debería ocurrir más que de manera extremadamente puntual o al introducir nuevos alimentos en su dieta.
Trastornos en la lactancia: Vómito
Es una expulsión algo brusca de una cantidad de leche mayor a la que encontramos en la regurgitación y que incluye contracción muscular.

Viene dado por:
- Sobrealimentación.
- Error en la preparación de la leche.
- Mala ejecución de la toma.
Debes preocuparte si:
- Este es frecuente (y los motivos anteriores ya no se dan).C
- Cuando el bebé pierda peso.
- Su estado general se vea alterado. Por ejemplo, si llora mucho, pues puede haber alguna enfermedad subyacente que sea, en este caso, el motivo del vómito.
Trastornos en la lactancia: Estreñimiento
Se trata de la dificultad (que puede llevar a imposibilidad) para defecar. A su vez, las heces son más duras, puede que incluso con apariencia agrietada.
Es infrecuente en lactantes debido a que la ingesta únicamente de leche no suele dar lugar a las alteraciones funcionales que propician el estreñimiento.
En el caso del lactante se puede dar por falta de nutrientes o de hidratación. Esto es.
- Porque el niño esté comiendo poco/que la leche sea pobre en fibra. Si le das el pecho tendrás que replantear tu dieta, y si el peque toma leche de fórmula, deberás buscar una con una alta cantidad de fibra.
- Se esté preparando el biberón con menos agua de lo que corresponde. Revisa la proporción agua/polvo, ajústate a lo que dice el fabricante y asegúrate de que la mezcla ha quedado homogénea.
Intenta no llegar nunca a este extremo con el bebé lactante (en niños que ya toman otros alimentos es más común y menos grave) con una correcta y sencilla prevención (haciendo lo que acabamos de comentar), o sea, antes de que el estreñimiento tenga lugar.

Trastornos en la lactancia: Diarrea
Nos encontramos con un número mayor de deposiciones más líquidas. A menudo se dan junto al vómito.
Es un trastorno en la lactancia que se debe solucionar tan pronto a como dé lugar, pues lleva a problemas graves como la deshidratación al deshacerse el bebé de demasiada agua y electrolitos.
Las causas que llevan a que tu peque tenga diarrea son:
- Infecciones. Las bacterias pueden o bien inflamar la pared intestinal, lo que hace que se dé una malabsorción, o bien que elaboren toxinas que inducen a la secreción.
- Fracaso de la función intestinal. El lactante está desnutrido y el funcionamiento intestinal se resiente.
- Intolerancias. Habitualmente se dan a algunas proteínas y a los disacáridos. Estos no se metabolizan bien y, de igual modo, el funcionamiento del aparato digestivo se ve alterado. Si estás dando leche de vaca, deberás retirarla (no es adecuada para menores de un año). En caso de alimentar al niño con leche de fórmula, deberás elegir otra que no contenga el componente al que se es intolerante.
Alergia
Una alergia es una reacción adversa del sistema inmune ante la ingesta de un alimento o un ingrediente (alérgeno) con cuyo contacto provoca la liberación de histaminas.
Con ello se dan diversos síntomas:
- Gastrointestinales. Náuseas, dolor abdominal, diarrea, vómito o incluso hemorragia intestinal.
- Cutáneos. inflamación de la piel, la garganta, la boca, urticaria, prurito, edema, enrojecimiento…
- Respiratorios. Congestión, estornudo con moco, asma o edema de glotis.
- Shock anafiláctico.
Los alérgenos más comunes, que no los únicos, son la clara de huevo, el marisco, algunas frutas y los frutos secos. Es por esto que durante la lactancia exclusiva es difícil que se dé una alergia, aunque no imposible, por supuesto.

Lo habitual es que, de darse, sea si se está recurriendo a la lactancia artificial o a la lactancia mixta. Esto se debe a que, aunque cada vez las fórmulas de continuación se diseñan mejor, no dejan de contener elementos de laboratorio y a que la leche materna ofrece una máxima compatibilidad en cuanto a nutrientes (tiene una composición totalmente idónea a la necesidad de un ser humano y, además, va cambiando conforme el bebé crece) a la vez que proporciona elementos que mejoran las defensas del tubo digestivo (inmunoglobina).
Si vas cambiando de marca y la alergia se mantiene habrá que considerar pasar a dar el pecho. Aun así, se dan ocasiones en los que los peques tienen reacciones alérgicas a la leche materna.
Trastornos en la lactancia: Desnutrición
La desnutrición consiste es un déficit de nutrientes hasta un punto tal que aspectos físicos, fisiológicos, fisionómicos e incluso psíquicos se ven mermados.
Las consecuencias se dan a corto plazo rápidamente pero lo grave de la situación es que escalan a problemas a largo plazo con las que se tiene que lidiar incluso durante toda la vida. El crecimiento, la función inmune y el desarrollo cognitivo, motor y sexual se ven afectados.
Como causas encontramos:
- Dietas restrictivas. Este sería el caso común de un lactante. En este caso habría que mejorar el método de amamantado aumentando las tomas y la cantidad de leche dada en estas.
- Disminución del apetito. Debemos encontrar la causa, por ejemplo, si se está dando agua al niño y con la barriga llena no quiere comer, si no le gusta el sabor de la leche, si está enfermo…
- Costumbres alimentarias incorrectas. Aunque esto va para niños más mayores es posible que estemos «consintiendo» a un lactante, retirándole el pecho en cuanto muestra un poco de rechazo o si confundimos un mal enganche con que no quiere comer, malos horarios de las tomas, darle alimentos prohibidos y, en general, dar una leche pobre en hierro, zinc y yodo. Ante leche de fórmula, habrá que cambiarla y si das pecho habrá que comprobar la composición nutricional que ofrece tu leche y diseñarte una dieta específica. Estas llevan, en ocasiones, al vómito.
Para trabajar con los vómitos que debemos vigilar que el niño no trague aire en las tomas (especialmente con el biberón), dejar tiempo para que el bebé eructe, colocándolo en vertical o bocabajo a medio incorporar (manteniendo la cabeza y el tronco elevados), no moverlo bruscamente tras la toma y eliminar cualquier elemento que pueda oprimirle el vientre.
Sobrepeso y/u obesidad
Es un aumento de la grasa corporal que generalmente se acompaña de un aumento del peso, aunque mucho ojo con esto porque no tiene por qué ser así.
En los lactantes se da principalmente por un exceso de tomas y/o por dar tomas demasiado grandes. Además, en el caso de la lactancia artificial, elegir una leche de continuación o de crecimiento, más ricas en grasas y siendo la marca elegida en especial más rica en este macronutriente implicará un pequeño exceso de grasa con cada toma, y cada exceso cuenta.

Revertir la situación es tan sencillo como evitar lo que acabo de mencionar dando tanto la cantidad de alimento adecuada como el conveniente a la edad.
Problemas dentales
El abuso en el uso del biberón supone que, con el tiempo, se dé maloclusión de leve a grave si no nos damos cuenta de lo que ocurre.
La solución es tan sencilla como retirar el biberón cuando no se esté dando y asegurarse tanto de que las tomas no se están extendiendo como de que el niño está tomando de la tetina correctamente.
Trastornos en la lactancia. Muguet
Es uno de los trastornos en la lactancia más frecuentes. Se trata de una infección por hongos que se presenta en forma de lesiones blanquecinas (algo parecido a las llagas) en las mucosas de la boca (interior de las mejillas, labios y lengua). Puede llegar al intestino y dar candidiasis del pañal.
La proliferación del hongo se da cuando la flora intestinal se desequilibra. Si no se trata puede florecer por todo el aparato hasta convertirse en candidiasis del pañal.
Se deben lavar y esterilizar el biberón, los chupetes y los mordedores. Así mismo, nuestra higiene tanto en manos como en pezón debe darse antes de cada toma en el caso de amamantar. Esto sirve tanto para ayudar en el tratamiento como para prevenir. Si ya se padece la infestación, el pediatra debe prescribir un antifúngico que se debe usar tal como se indique para que tenga éxito.
¿Podemos evitar estos trastornos en la lactancia?
Como hemos dicho al principio y habrás ido leyendo, casi todos los trastornos en la lactancia tienen solución y, lo más importante, prevención, de ahí que esté escribiendo estas palabras.
Por supuesto que vas a poder tratar casi cualquier cosa que le pase al niño pero lo ideal es estar preparados para que esto no suceda, evitando sufrimiento, preocupaciones y, por supuesto, el deterioro del niño.