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👉 Fuente: La Razón
Investigaciones sugieren que los niños nacidos en determinados meses del año -especialmente octubre, noviembre y diciembre- pueden mostrar pequeñas ventajas cognitivas en la infancia, aunque la inteligencia siempre resulta de múltiples factores y no está determinada por la fecha de nacimiento.
Durante años la inteligencia ha sido explicada principalmente por la genética, el entorno familiar y la educación, pero algunos estudios científicos han explorado si el mes de nacimiento también puede tener alguna relación con el desarrollo cognitivo durante la infancia y adolescencia.
Una idea que se ha observado en investigaciones es que los niños nacidos en octubre, noviembre y diciembre tienden a puntuar un poco más alto en pruebas cognitivas en comparación con los nacidos en otros meses. Parte de esta interpretación se basa en datos estadísticos y análisis escolares que muestran pequeñas diferencias promedio en habilidades como lectura y resolución de problemas entre niños de distintas épocas del año.
¿Qué significa “mes de nacimiento” en el desarrollo cognitivo?
La razón detrás de esta posible relación no es genética ni mágica: no hay evidencia de que nacer en un mes concreto determine la inteligencia de por vida. Los científicos hablan de un fenómeno denominado efecto de edad relativa, que se refiere a la diferencia de edad dentro de una misma cohorte escolar.
En muchos sistemas educativos, los niños se agrupan por año natural de nacimiento. Eso significa que, por ejemplo, un niño nacido en enero será uno de los mayores de su clase, mientras que otro nacido en diciembre será uno de los más pequeños. Esta diferencia de casi un año puede influir en las primeras etapas del aprendizaje, donde unos tienen más tiempo de desarrollo físico y cognitivo que otros dentro de la misma promoción.
Más allá del mes de nacimiento: genética, entorno y educación
Aunque algunos estudios sugieren patrones curiosos, los expertos son claros en que el mes de nacimiento solo puede influir de forma leve y temporal, sin determinar el futuro académico o profesional de un niño. La inteligencia es el resultado de una compleja interacción entre:
- Genética familiar.
- Entorno educativo y social.
- Nutrición y salud en etapas tempranas.
- Estimulación y apoyo emocional.
Estos factores tienen un impacto mucho más profundo y duradero que el mes en que un niño nace.
¿Por qué puede aparecer esta relación estadística?
Algunos investigadores han planteado que las diferencias observadas en pruebas cognitivas según el mes de nacimiento pueden estar ligadas a cómo y cuándo los niños entran en la escuela, lo que influye en la madurez relativa cuando comienzan el aprendizaje formal, y también a condiciones ambientales durante el desarrollo prenatal y los primeros meses de vida. Sin embargo, ningún estudio demuestra que una fecha específica de nacimiento garantice una mayor inteligencia absoluta.
Enfoque para familias y educadores
Para padres, madres y educadores, lo más importante no es en qué mes nació un niño, sino ofrecer apoyo, estímulo y oportunidades de aprendizaje desde edades tempranas. Las experiencias de juego, lectura, interacción afectiva y exploración son factores mucho más decisivos para el desarrollo cognitivo y emocional de la infancia que cualquier patrón asociado a la fecha de nacimiento.
La “curiosidad” sobre los meses en que nacen niños con puntuaciones ligeramente más altas en pruebas cognitivas puede ser interesante, pero no debe interpretarse como una regla o una predicción del potencial intelectual de un niño.
